El comisario Germán Real afirmó que los integrantes del Primer Comando Capital (PCC) que llevaron adelante un amotinamiento y luego se fugaron en el Centro de Rehabilitación Social (Cereso) intentaron llegar hasta el río para concretar la fuga en el día de ayer, pero las fuerzas de seguridad impidieron el escape en Encarnación, departamento de Itapúa.

Los tres reos que escaparon del centro penitenciario fueron identificados como Vicente Antonio Leiva Piatti, Jacson Da Silva y Walter Darío Ayala, todos integrantes del PCC tras tomar como rehén al jefe de Seguridad del Cereso, Miguel Medina. “Pedían un vehículo y espacio para poder continuar. A cambio prometían dejar con vida al agente penitenciario”, afirmó Real.

Los tres hombres escaparon en un automóvil de la marca BMW, que posteriormente sufrió un desperfecto mecánico, quedaron varados y sin posibilidad de continuar la huida, lo que permitió que los policías puedan alertar a sus camaradas y luego rodearlos.

“Ellos primero pedían un vehículo y vía libre para seguir huyendo. Dijeron que iban a poner en libertad a Miguel Medina en un lugar que iban a establecer ellos. Nosotros no accedimos a ese pedido", expresó Real, en comunicación con la 970 AM.

Policías a cargo del procedimiento. Foto: Tomás Bogado

El jefe policial inició la negociación con los presos fugados tratando de preservar la vida de todos los involucrados. “Ellos llamaron con el teléfono de Medina a uno de los oficiales que siempre monta guardia en el penal. Hablando él yo agarro el teléfono y empiezo a conversar, ahí empieza todo”, afirmó Real.

Luego de varios minutos de conversación, Real consiguió convencer a los presos para que renuncien de su intento de escape y volver al centro penitenciario. “Era ganar horas, minutos, segundos, hasta despertar la confianza entre ellos. Hay un bien sagrado que es la vida que no tiene precio. El punto de unión fue conservar la vida del rehén, los internos y mis comandados", dijo.

En consecuencia, los fugados aceptaron ser llevados de vuelta al centro penitenciario en un vehículo de traslado de internos, escoltados por dos patrulleras y francotiradores. “Ellos querían entregar las armas para poder ingresar y sentirse seguros dentro del penal. En el momento de la negociación Medina fue ubicado como un escudo", expresó. Agregó: "Nadie quiere cargar sobre los hombros con la vida de alguien por eso tenemos que tener como fin primordial el proteger la vida. A nosotros nos interesa proteger la vida en primer lugar”, aseguró Real.


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