El ministro del Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ariel Oviedo, dio a conocer esta mañana los primeros resultados de los análisis realizados a las aguas y peces muertos del Río Paraguay en la sede del Congreso Nacional. La institución afirma que la mortandad de la fauna íctica es un evento natural, por la crecida del cauce hídrico.

Darío Mandelburguer, director de Biodiversidad de la entidad, coincidió con el estudio y añadió que la crecida del río es un evento cíclico, y que en esta oportunidad es bastante rígida en el sentido del volumen del agua, lo que causa la mortandad de los peces.

A su vez, el Ing. David Fariña, director de Recursos Hídricos del MADES, explicó que desde Paraguay acudieron al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de la Asociación Paraguaya de Recursos Hídricos, para el estudio correspondiente ya que el Gobierno no cuenta con la tecnología para el profundo análisis de las aguas.

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“Es una cuestión netamente natural, una crecida de efecto cíclico, lo que causa la muerte de los peces”, dijo el profesional al aclarar que de todas formas continuarán realizando estudios y monitoreos para encontrar algún componente externo.

Semana atrás, desde el MADES informaron que el efecto de mortandad de peces tiene como foco en la zona Norte del Río Paraguay, hacia Concepción, y que por la corriente del cauce hídrico, los cuerpos inertes son arrastrados hasta el área de Central y Ñeembucú.

“El conjunto de peces sin vida es arrastrado desde otros sitios. Los ejemplares encontrados en la zona de Villeta no es que murieron ahí, sino que fueron arrastrados por el efecto de la riada”, sugirió en dicha oportunidad Darío Mandelburger, director de Biodiversidad.

En cuanto a la causa de la mortandad, el experto en materia ambiental señaló que se debe a un proceso netamente natural y no a una situación de contaminación de las aguas. Detalló que con las crecidas del río, se registra un alto movimiento de la materia orgánica que se encuentra en el fondo, lo que conlleva a la falta de oxígeno en el agua y, por ende, el efecto de la mortandad de animales.

Por último, advirtió a la ciudadanía que los peces muertos son altamente peligrosos para la salud, por lo que no están aptos ni para la venta o el consumo, ya que durante el proceso de arrastre el propio medio ambiente se encarga de descomponerlos.

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