Optó por hacer lo que le gusta a pesar del qué dirán y con apoyo de su familia, se lanzó al mundo de la mecánica. Su historia fue conocida por una universidad que resolvió entregarle una beca completa para estudiar Ingeniería Electromecánica.

Por Yesica Vera Zarza yesica.vera@gruponacion.com.py

Una muestra de lucha y perseverancia es la historia de Shirley Diana Ramírez Ortíz, la joven de 19 años de Piquete Cué, Limpio que desafió los pronósticos al convertirse en la única mujer mecánica de su familia de 14 hermanos y hermanas.

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Es la hija número 9 de un total de 14 y la cuarta de entre 6 mujeres que constituyen la familia de doña Ricarda Ortiz, mamá de Diana, quien ayer viajó de Limpio hasta Asunción con el equipo de La Nación para acompañar a su hija y recibir una beca que la Universidad del Cono Sur de las Américas (UCSA) le otorgó para poder estudiar Ingeniería Electromecánica.

Diana es tímida pero valiente, decidida y trabajadora. Eso vimos al llegar a su casa en Piquete Cué de la ciudad de Limpio, barrio Inmobiliario. La encontramos manipulando herramientas y reparando el motor de un vehículo. Nos recibió junto a parte de su familia: su mamá, algunas hermanas, sobrinos y sobrinas.

Diana tuvo el apoyo de su familia para dedicarse a la mecánica. Foto: Pánfilo Leguizamón.

Empezó contando que todo inició cuando tenía 9 años y acompañaba a su papá mientras este trabajaba. “A la par que le cebaba tereré, me enseñaba cada una de las piezas de las herramientas de los motores” expresó.

Dijo que lo más le gustó fue desmontar un motor. “Con las herramientas que tengo y bajar el motor, ver cómo son las piezas completas del motor, eso es lo que me gustó más” confesó.

Asumir la responsabilidad

Recordó que su papá le inculcaba y le daba el apoyo. “Me mostraba cada una de las partes del motor y me decía que tome conciencia de lo que voy a hacer y la responsabilidad que implica la parte del motor de los vehículos”, refirió.

Diana contó que en su familia, sus hermanos al inicio se reían porque no creían que ella iba a hacer eso, pero que sus hermanas le apoyaban. “Yo les mostraba lo que puedo hacer y que en verdad me gusta la parte mecánica, mi parte favorita” sostuvo y después de eso, ya todos la apoyaban, sus hermanos, hermanas y sus padres. Fue entonces que decidió llevar adelante la aventura del oficio.

A los 14 años realizó su primer trabajo y cambió completamente un motor porque ya sabía más la parte mecánica. “Desarmaba y cambiaba los repuestos del motor que es un poquito complicado pero con cuidado se arma y desarma porque al hacer todo en apuro no te salen bien las cosas y no funciona”, dijo Diana.

En la escuela y el colegio, la joven seguía sus estudios y también hacía la parte mecánica. Manifestó que muchas veces recibía burlas de sus compañeros y compañeras pero no les hacía caso porque tenía el apoyo de su familia. Al mismo tiempo, Diana se desempeñaba ya como ayudante y ganaba su propio dinero lo que le ayudaba a mantenerse y pagar sus estudios. Terminó el bachillerato en el Colegio Augusto Roa Bastos de Limpio y siguió un curso de Electricidad del automóvil en el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP)

Lo que desea

Tren delantero y bajar motor para desarmar, detalló Diana que son sus partes favoritas y lo que más le cuesta es cuando un tornillo no quiere salir. “Como soy mujer no tengo toda la fuerza y pido ayuda a mi papá o mis hermanos. Me gustaría estudiar y enfocarme más en la parte del motor porque cada día vienen más avanzados los vehículos y me gusta más la parte mecánica que no sea electricidad, pero de a poco voy a ir incursionando más y desarrollando la parte que aprendí”, aseguró.

Además, manifestó que le gustaría tener su taller en el centro de Limpio, para que los clientes puedan llegar sin inconvenientes. “Tener un taller propio y trabajar con mi papá, ese es mi anhelo” sostuvo.

En otro momento, la joven comentó que al principio cuando tenía problemas con sus amigos porque se burlaban de ella, consideró seguir peluquería o maquillaje. “Como mi papá necesitaba ayuda porque mis hermanos ya se fueron, tomé responsabilidad y decisión en ayudarle y seguir la parte de mecánica. A mí me gustaría poder seguir mis estudios para poder profesionalizarme”, argumentó.

El rector de la UCSA, Ing. Luis Alberto Lima entregó la beca a la joven. Foto: Pánfilo Leguizamón.

Clientes sorprendidos

Contó que el taller no tiene un nombre concreto pero que se les conoce como “Taller Ramírez” y atienden todos los días. Las personas contactan con Diana al (0994) 545-072 y ella les explica cómo llegar, mediante la ubicación que les envía por WhatsApp o va hasta el domicilio con su papá para auxiliar.

“Mis hermanos tienen su propio taller y yo trabajo con mi papá. Lee ayudo y cuando hay un trabajo a domicilio o un auxilio, nosotros nos vamos, hacemos trabajos a domicilio con él. Soy la mano derecha de mi papá” indicó.

Diana también contó como anécdota que muchas veces los clientes no confían tanto en ella por ser mujer. “Creen que no voy a poder solucionarles, entonces hablan con mi papá o mis hermanos y ellos otra vez le pasan conmigo ‘pea ko ojapopata ndéve’ les dicen y toman confianza, me dejan el vehículo. Cuando ven que ya está todo hecho el trabajo, se quedan sorprendidos y me agradecen, además de pedirme disculpas por haber desconfiado de mí”, expresó.

Diana recibió una beca completa para estudiar Ingeniería Electromecánica. Foto: Pánfilo Leguizamón.

La beca: una oportunidad

Con respecto a la beca señaló que es algo maravilloso porque es una oportunidad muy grande para ella y le entusiasma la idea. “Es lo que necesitaba, un apoyo de alguien para poder seguir mis estudios” dijo contenta.

Luego de conocerse la historia de Diana Ramírez Ortiz, la joven mecánica de Limpio que aprendió el oficio cebando tereré a su papá, la Universidad del Cono Sur de las Américas (UCSA) tomó la decisión de brindarle una beca completa para la carrera de Ingeniería Electromecánica.

La UCSA hizo entrega de una beca completa durante los 5 años que dura la carrera de Ingeniería Electromecánica a Diana y anualmente otorga muchas becas a alumnos y alumnas, entre ellas deportivas y sociales.

Directivos de la UCSA. Foto: Pánfilo Leguizamón.

“Vimos el caso de Diana y nos llegó su historia, por eso le quisimos dar la bienvenida a nuestra universidad”, expresó la vicerrectora administrativa-financiera, Lic. Helga de Sarubbi. Por su parte, el rector de la UCSA, Ing. Luis Alberto Lima, señaló que cuentan con un departamento de Bienestar Estudiantil, que se encarga de acompañar y monitorear todo el programa semestre a semestre. “Hay también un sistema de clases de refuerzo cuando los grupos están con problemas, sobre todo en el primer año” explicó.

En tanto que el Mgtr. José Blas Villalba, vicerrector de investigación, desarrollo e innovación habló acerca de que no tienen sedes en el interior del país. “No tenemos sedes en el interior, solamente en Asunción porque es más difícil controlar la calidad. “También tenemos intercambios con Europa, con otros países, los chicos pueden ir a hacer un semestre allá y vienen de allá también acá, desde hace unos años”, mencionó.

Las autoridades de la UCSA también señalaron que están dentro de algunos programa Erasmus+ de la Unión Europea donde hay movilidad de estudiantes, tanto de acá para allá, como de allá para acá.

La otra cara de la realidad

Ahora bien, gracias a su esfuerzo, dedicación y trabajo, Diana cuenta con una beca completa para estudiar por 5 años la carrera de Ingeniería Electromecánica y como cada beca, tendrá que mantener un buen promedio para seguir.

Si bien la beca le exonera de pagar matrícula y cuotas a lo largo de esos años, ella tendrá que viajar todos los días desde Limpio hasta Asunción. Los gastos de una carrera como esta son elevados, por los libros, elementos de estudio, pasajes diarios, alimentación, vestimenta y todos los gastos que se puedan generar durante esos años. Lo ideal sería que alguna fundación o persona pueda ayudarla a solventar todos los gastos que la acompañarán mientras ajusta los tornillos para que arranquen sus sueños.

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