Lo que se busca es demostrar que es un tabú pensar que son personas peligrosas y que por el contrario, sí pueden reisertarse a la sociedad.
Alrededor de las 10:00 de este miércoles inició el pesebre viviente en el Hospital Psiquiátrico que contó también con la presencia de funcionarios del Instituto de Previsión Social con medicina preventiva, además del grupo Vida Plena, un grupo de tercera edad.
Según comentó a La Nación la Lic. Yolanda Giménez, encargada del Departamento de Psicología, cerca de 250 personas participaron en la mañana de hoy del pesebre viviente a cargo de pacientes del neuropsiquiátrico y fueron 15 usuarios del hospital del área de crónicos los protagonistas del acto, quienes desde hace 2 semanas llevaban a cabo la práctica.
“La idea de este pesebre es que la gente pueda entender el trabajo que se hace en el hospital con ellos y que son personas con las que se puede convivir y que la comunidad se integre. Existe un tabú de que ellos son peligrosos, te pueden dañar, perjudicar y queremos demostrar que eso no es así, al contrario. Son personas totalmente adaptables y que pueden reinsertarse a la comunidad”, sostuvo la Lic. Giménez.
La encargada del Departamento de Psicología señaló además que contaron con músicas y grupos especiales, bailes, un desayuno saludable. Así como también donaciones de helado, panchos y gaseosas, todo para el evento.
Todos los años, en esta fecha, antes de la Navidad realizan el pesebre viviente que es organizado por el Departamento de Psicología, a cargo de la Lic. Yolanda Giménez, con el apoyo de todos los psicólogos. Este tipo de actividades ayuda a los pacientes a superar la depresión, esquizofrenia, angustia e incluso a tratar una adicción.
Giménez contó además que hay usuarios que ya están de alta pero que sus familias no les retiran del lugar, donde actualmente hay 280 personas aproximadamente, divididas en 8 a 9 pabellones.