El Comisario General Bartolomé Báez, comandante saliente de la Policía Nacional, manifestó esta mañana de lunes que el cargo que ocupaba era una carga muy pesada y dijo que es muy difícil darle el gusto a todos. Esto fue en conferencia tras su destitución como máximo responsable de la institución policial.

Báez lamentó no tener el acompañamiento de personas e instituciones que la Policía Nacional necesitó en su momento, para evitar que pase el asesinato de la joven Lidia Meza de 18 años en la sede de la Agrupación Especializada.

Aseguró que él siempre tuvo el apoyo del Ministro del Interior y del Presidente de la República, a quienes agradece hoy por el acompañamiento.

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No obstante, dijo que otras instituciones debían haber prestado ayuda, ya que argumentó que no se puede improvisar una prisión en un cuartel táctico. “Pero al final, somos responsables, y con mi salida se demuestra eso”, dijo.

Declaró también que “un comandante de la Policía no es ningún guardiacárcel ni celador". “Con esto no quiero justificar lo injustificable, pero asumimos la responsabilidad para que esto no ocurra nunca más”, aseveró.

Agregó que la expulsión de “Marcelo Piloto” representa un favor para el personal de la Agrupación Especializada. “Que saquen a todos los presos de allí y que eso funcione como un cuartel verdadero”, solicitó.

El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, deci­dió barrer con la cúpula poli­cial destituyendo a Bartolomé Báez López como coman­dante y a Luis Cantero como subcomandante.

La deter­minación fue tomada como consecuencia directa del asesinato de una joven en la Agrupación Especializa, cri­men perpetrado por el nar­cotraficante brasileño Mar­celo “Piloto” Pinheiro, allí recluido.

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