Por miedo paraguayos gastaron el año pasado 1.300.000 dólares en prevención.

La sensación de inseguridad es el factor que más incide para que los paraguayos el año pasado hayan gastado sumas que van desde 500 mil hasta 1.500.000 guaraníes en forma particular, para sentirse seguros y prevenir cualquier ataque delictivo contra su propiedad o sus vidas, según explicó Juan Martens, Doctor en Criminología por la Universidad de Barcelona, periodista y abogado paraguayo que realizó el “Atlas de la violencia” de nuestro país.

Martens, fue claro y contundente con las cifras para desmitificar algunos conceptos o ideas que la población mantiene, influenciado por varios hechos que van desde el replique de hechos violentos en los medios de comunicación hasta la incidencia de la iluminación de las calles por responsabilidad de la ANDE y los municipios. “El tema de la seguridad no solo es responsabilidad de la policía nacional, sino también pasa por la ANDE, las municipalidades y las iglesias inclusive”, mencionó a Paraguay TV.

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En Paraguay 8 por cada 100 mil habitantes son asesinados según el estudio que se encuentra desarrollado en su trabajo “Atlas de la Violencia en Paraguay”. Los datos han sido extraídos, en forma comparativa de datos de la Policía Nacional.

“Los datos que tiene la policía son fiables, es lo mejor que tenemos, además es la única institución de justicia que mide en un año, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de ese año, por lo tanto permite comparar y en el caso de los homicidios, no se da el fenómeno de la cifra oscura, el subregistro que hace que muchos delitos no se conozcan y no figuren en las estadísticas”, indicó el especialista.

En tanto que en el campo de los homicidios, explicó que se tomaron datos entre los años 2010 y 2017, que metodológicamente, es lo que permite decir comparativamente, si un país es seguro. Es lo que a nivel internacional se utiliza y se tiene en cuenta para calificar.

Juan Martens, Doctor en Criminología por la Universidad de Barcelona, periodista y abogado paraguayo que realizó el “Atlas de la violencia” de nuestro país. Foto: Gentileza.

Disminución de la violencia

Manifestó que Paraguay se encuentra entre los países de seguridad media en toda América Latina. “Existen personas, empresas, instituciones que nos quieren hacer creer que vivimos en un país caótico, inseguro, terrible, trágico, mientras que la criminología y la ciencia criminológica nos dice que en el caso de los homicidios hemos tenido un descenso del 31 % de la violencia en Paraguay, en un periodo de tiempo de 7 años, con una tasa de 8 homicidios cada cien mil habitantes”, refirió.

Incluso mencionó que si se sacaran a los departamentos fronterizos con Brasil, la tasa de violencia sería aún más baja. Sin embargo otra es la percepción de la ciudadanía y esa imagen afecta al país.

En ese sentido, explicó que según los datos, Pedro Juan Caballero es una isla de violencia. “Tiene un problema particular, los grupos armados que operan en la zona y de cómo influyen en las muertes y asesinatos de la zona, que a esta altura ya tuvo 100 asesinatos, lo ubican como el departamento más violento de América Latina, comparable en tamaño con El Salvador, que esta en el mismo nivel”, explicó.

Señaló que los 5 departamentos fronterizos con Brasil tienen estas tasas de violencia, Alto Paraná es la de menor cantidad y luego se salta a Villa Hayes que también tiene un punto de gran violencia.

Sin embargo, ante el mito de que Central y Asunción serían más violentas, Martens dijo rotundamente que no. “Central tiene 4 asesinatos por cada 100 mil habitantes. El problema de Central y Asunción son los delitos en contra de la propiedad (robos y motochorros) mientras que Pedro Juan y Canindeju son de afectación a la vida”, especificó Martens.

Sensación de inseguridad

El especialista indicó que el problema central es el miedo, la sensación de inseguridad que hace que actuemos de una manera determinada. “En Paraguay las 3.150 personas consultadas en una muestra representativa, escogida por la DGEEC dice que el 97 % de las personas tienen miedo y creen que aumentó la delincuencia y dejan de salir, dejan de ocupar espacio público, se pierde una cohesión social, desconfían de las instituciones y gastan plata”, refirió.

Comentó que los paraguayos el año pasado, gastaron unos 1.300.000 dólares en comprar cosas para sentirse más seguros, como instalación de cámaras, alarmas, perros, guardias, rejas, armas de fuego.

Según los datos del estudio, se pudo notar que en los gastos que se hicieron, según el ingreso que tiene cada ciudadano, hizo como pudo, desde gastar 50 mil guaraníes en temas preventivos. “Se reporta que la porción de paraguayos que más gastó lo hizo entre 500 mil y un millón y medio, para sentirse más seguros”, expuso.

Industria del control del miedo

Martens, se adentró más en el tema y expresó que existen los mercaderes del miedo. “Existe la industria del control del miedo, de la inseguridad que también reditúa, se convierte en una empresa, pero a medida que aumente, lo que está verdaderamente en riesgo es la gobernabilidad democrática”, aseguró.

Resaltó que la inseguridad es una cuestión de ciudadanía y democracia, en una población temerosa, se aceptan discursos populistas, se aceptan fácilmente soluciones en contra de legislaciones, en contra de la constitución nacional y por sobre todo se espanta la inversión y retrotrae la economía.

Así también dijo que todas estas circunstancias ayudan a que los países de la región nos vean como un país seguro o no, espantando las inversiones, fundamentalmente olvidando que Brasil, tiene 30 asesinatos por cada 100 mil habitantes. “Si vas a veranear ahora en Brasil, tenes 30 posibilidades más que te maten”, ejemplificó.

Hacer un mea culpa

En relación al miedo, sostuvo que es el verdadero problema y tiene una multicausalidad. “Desde los medios debemos hacer mea culpa, desde el estado se debería de impulsar una mesa de concertación de diálogo, tal como se hizo en Colombia, porque según los datos, el 91 % se informa de la delincuencia por televisión y el 93 % todos los días”, agregó.

Afirmó que nos despertamos y nos acostamos viendo tevé, vemos un programa de violencia o de crimen. “Mirando cómo informan sobre un problema particular pequeñito, de un barrio, se le da una trascendencia nacional, así aumenta el morbo, e incrementa la bola de nieve al tema del miedo”, explicó.

Foto ilustrativa.

Martens aclaró que no solo es la tevé, sino también tiene que ver con las municipalidades o la ANDE que no colocan las luces en las paradas de colectivos, los ómnibus que no vienen a hora, las veredas rotas y que son un conjunto de intervenciones interinstitucionales que contribuyen a que se sienta uno más seguro o no. “Incluso esto depende del estado de salud con que uno se encuentre, para sentirse más o menos vulnerable”, remarcó. Luego, mencionó que las redes sociales con las noticias falsas, contribuyen a un estado de ansiedad.

“Al 88 % de la población paraguaya le da miedo el sonido de la moto, es una realidad confirmada por la encuesta, nos da miedo la gente que arma barullo en la calle y el 70 % dijo tener miedo a la falta de iluminación en los barrios”, explicó el doctor en criminalística.

Una propuesta de intervención integral

Para Martens es necesario pensar en una ley nacional de seguridad ciudadana que Paraguay no tiene. “El ministro del interior esbozó un plan en ese sentido y ojalá se pueda avanzar porque hace falta abordar la seguridad como un problema multidisciplinario y causal, no solo echarle la culpa a la policía, son varias instituciones las responsables también”, aseguró

Por último, el especialista afirmó que el problema no es encerrar a más personas, lo que hoy en Paraguay ha aumentado al 106 %. También dijo que no es la solución encerrarse en la casa, tener una población más temerosa, o volver a la mano dura. “No pasa la solución por endurecer penas o encerrar más gente, sino intervenir integralmente las causas que esto genera”, argumentó.

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