El arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, dijo que habría otro posible milagro de “Chiquitunga” que se está estudiando. No dio mayores detalles, pero sostuvo que de confirmarse el milagro se podrá iniciar el proceso de santificación.

“Quiero decir que la Beata María Felicia de Jesús Sacramentado, “Chiquitunga” parece que ya tiene un presunto milagro, lo estamos estudiando y lo están estudiando los médicos, una vez que se confirme eso, daremos a conocer la protección de ella sobre todo el Paraguay”, afirmó durante una misa realizada en la Catedral de Villarrica, donde el nuevo obispo de la diócesis de Villarrica del Espíritu Santo, monseñor Adalberto Martínez, ocupo oficialmente el cargo.

“Chiquitunga” fue beatificada en junio de éste año en una multitudinaria ceremonia realizada en el estadio del Clud Cerro Porteño, más conocido como la nueva olla. Ese acto fue posible tras un largo proceso que se siguió en el Vaticano.

Monseñor Edmundo Valenzuela, izquierda, saluda a su homólogo Adalberto Martínez, nuevo obispo de la Diócesis de Villarrica. Foto: Pánfilo Leguizamón.

Homilía

Por otra parte, el monseñor Adalberto Martínez durante su homilía hizo algunas peticiones. En primer lugar se refirió a las familias, indicó que si estas son débiles también generará la debilidad social. Manifestó que para acompañar a la familias en esta misión tan fundamental para la iglesia y para la sociedad se debe renovar, impulsar y fortalecer la pastoral familiar diocesal y parroquial.

“Hablando de familia no pude dejar de mencionar un hecho que nos conmueve. En mi doble misión de Obispo de Villarrica expreso mis condolencias y cercanía espiritual con los familiares y amigos del sub oficial de Policía Hugo Fariña, su esposa e hijos, quienes han sido brutalmente asesinados”, señaló.

Afirmó que desde la Iglesia Católica repudian con firmeza este tremendo crimen que enluta a toda la comunidad diocesana, teniendo en cuenta que la vida es un valor supremo y se debe cuidar desde la concepción hasta la muerte natural.

“Creemos firmemente en que la formación de los laicos en su sentido de pertenencia de la iglesia y su compromiso por la evangelización desde la doctrina social de la Iglesia, favorecerá la transformación de la sociedad conforme a los proyectos de Dios Padre, que quiere que todos sus hijos sean felices y tengan una vida plena”, subrayó.

Asimismo menciono que que la Universidad Católica deberá contribuir con el proyecto de formación integral de los niños y jóvenes de la región, para que sean ciudadanos de bien, al servicio del desarrollo de nuestro pueblo.

Sostuvo que en ese sentido hay un realidad social que nos interpela y que exige de nuestra acción evangelizadora una respuesta, un acompañamiento y de una acción creativa, inspirados en la doctrina social de la iglesia. Indicó que según las estadísticas, se encuentran miles de paraguayos en situación de extrema pobreza, es decir que pasan hambre. “Indigentes que no tienen los necesario para una vida digna”.

Resaltó que el departamento de Caazapá esta calificado como el más pobre del país y que según los datos uno de cada dos habitantes del nombrado departamento sufre pobreza, de los cuales uno de cada seis pasan hambre.

Manifestó que si bien podríamos quedar insensibles ante esta realidad, el papa Francisco nos recuerda que cada cristiano, cada comunidad esta llamado a ser instrumento de Dios para la liberación y promoción de los pobres, lo que indica que tenemos que ser dóciles para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo.

También se refirió a las ciudades aisladas por falta de caminos, que requieren de apoyo para superar las acciones que les impiden el acceso a la salud, educación, al mejoramiento y la diversificación de la producción agrícola.

“El acceso al mercado es otra demanda social, lo que implica el trabajo mancomunado con las autoridades locales, departamentales y nacionales con la participación activa de las fuerzas vivas, de los grupos organizados para impulsar el desarrollo integral de las comunidades y de las personas”.

Finalmente instó a que se fomente la unidad entre los sectores sociales y políticos, para la búsqueda del “bien común”, coordinando esfuerzos que propicie el diálogo para lograr la paz social.

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