Jesica Barreto

Taipei, Taiwán.

Ayer 10 de octubre, fue día de fiesta en Taiwán, donde se conmemoró el Día Nacional de la República de China, conocido como el "Doble Diez".

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Allí la ciudadanía de Taiwán esperaba ansiosa asistir a las celebraciones que tienen lugar frente al imponente Edificio Presidencial, que data de 1919 y que desde entonces es el centro del gobierno ejecutivo.

La construcción, que combina varios estilos arquitectónicos -desde el barroco hasta el clasicismo- le recuerda constantemente a los taiwaneses lo vibrante y diversa que es su cultura.

Desde las 07:00, la gente comenzó a llegar a la plaza situada frente a la sede gubernamental para presenciar el desfile de las fuerzas militares del país y la performance de cientos de estudiantes, atletas, representantes de pueblos aborígenes, de la tercera edad, etc., acompañados por carrozas -adornadas con todo tipo de flores y tecnología- que mostraron y narraron parte de la historia de Taiwán, reflejada en sus templos tradicionales, guerreros, creencias, fábricas, parques nacionales, etc.

Las calles se tiñeron de color y algarabía, contagiando a los espectadores, entre ellos, periodistas de más de 22 países, incluido, Paraguay.

El punto cumbre del "Doble Diez" fue el discurso de la presidenta Tsai Ing-wen, que se basó en lograr un "Taiwán mejor" mediante tres aspectos claves, cumpliendo con los compromisos, impulsando reformas y proporcionando una vida mejor a la gente.

Las palabras de la jefa de Estado fueron seguidas atentamente por los presentes -sentados en sillas dispuestas ordenadamente en el lugar-, que aplaudieron constantemente mostrando conformidad y confianza en que se mantendrán y defenderán la democracia, libertad y unidad que los caracteriza como nación.

El desfile finalizó con una demostración aérea de aviones que surcaron el cielo y dejaron una estela con los colores de la bandera taiwanesa. Las celebraciones continuarán todo el día, con varias recepciones, en las que no faltarán la música local, las presentaciones artísticas, la exquisita gastronomía y principalmente la hospitalidad de los anfitriones, los taiwaneses, que hacen que uno se sienta en casa a pesar de estar lejos de ella, a más de 12 mil millas, como en el caso de Paraguay.

Recientemente, se cumplieron 60 años de relaciones diplomáticas entre nuestro país y la República de China Taiwán, un nación hermana, más allá de la distancia.

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