El tenista serbio Novak Djokovic, quien llegó a Tokio con la chance histórica de lograr el Golden Slam (los cuatro Grand Slam y el oro olímpico en un mismo año), finalizó decepcionado explotando de furia en los Juegos Olímpicos.
Primero sintió el enorme impacto de haber quedado eliminado en las semifinales a manos de Alexander Zverev en la jornada anterior. Y ya en el duelo frente a Pablo Carreño por la medalla de bronce, ayer, el número uno del mundo estalló: revoleó su raqueta a la tribuna y un rato más tarde la destrozó de un golpe contra la red.
El tenista español ganó por 6-4, 6-7 (6) y 6-3 tras dos horas y 47 minutos de juego. Finalmente, luego de esa caída, el ganador de 20 torneos de Grand Slam decidió no presentarse al cruce por la presea de bronce en dobles mixto en pareja con su compatriota Nina Stojanovic. Adujo dolores en un hombro...