Portimao, Portugal. AFP.

“Tan difícil física como mentalmente”: El británico Lewis Hamilton (Mercedes) tuvo que emplearse a fondo para conquistar su segundo Gran Premio de tres dis­putados esta temporada, en Portugal este domingo, y tomar un poco de aire al frente de la general del Mun­dial de F1.

Su principal rival, y segundo a ocho puntos en la clasifi­cación del Mundial, el neer­landés Max Verstappen (Red Bull), fue segundo en meta, y el otro piloto de Mercedes, el finlandés Valtteri Bot­tas, ocupó el tercer cajón del podio a pesar de haber salido desde la pole.

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Con su sangre fría habitual, Hamilton, que era segundo en la parrilla de salida en Portimao, no se descon­centró cuando Verstappen le adelantó en la vuelta 7, cuando la carrera se reanu­daba luego de una salida del coche de seguridad.

En la vuelta 11 devolvió la afrenta al neerlandés, y en la 20ª adelantó a un Bottas falto de ritmo “por moti­vos desconocidos”. Como suele pasar con el séptu­ple campeón del mundo, la remontada pareció cosa sencilla. Solo su voz en los intercambios por radio con el equipo delataba el esfuerzo que se escondía detrás.

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