POR MARTÍN VILLAGRA

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Víctor Pecci hacía historia el viernes 8 de junio de 1979. El tenista paraguayo tum­baba hace 41 años al nortea­mericano Jimmy Connors, número dos mundial, y ade­más de anotarse para discu­tir el título de Roland Garros, arruinaba la final de ensueño de la organización y de millo­nes de fanáticos del tenis, quienes quedaron perple­jos ante el suceso, televisado para países de los cinco con­tinentes.

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“Todos” querían y apostaban por una final entre el sueco Bjorn Borg, número uno del mundo y el dos, Jimmy Con­nors. Ese anhelo se derrumbó “por culpa” del paraguayo. Un fantástico Pecci, con 23 años y 1,90 de estatura, estaba en su mejor forma física, técnica y mental. Dejó sin atenuantes en el camino al favorito Con­nors, quien hasta hoy es el tenista más ganador de títulos (109) del circuito ATP (Aso­ciación de Tenistas Profesio­nales). El resultado no tuvo objeciones: 7-5, 6-4, 5-7 y 6-3.

“Yo venía de ganarle a Gui­llermo Vilas (argentino), jugando bien y llegué con mucha confianza ante Connors. Sabía que tenía chances, estaba físicamente fuerte y podía rendir al mismo nivel, desde la primera, hasta la última pelota”, recuerda Pecci en contacto con La Nación.

El mejor tenista paraguayo de todos los tiempos apuntó las claves de aquel triunfo con tinte de hazaña: “Pude mante­ner casi siempre mi saque, solo me quebró una vez. Le crucé pelotas altas a su revés y, a su derecha, mi revés de slice le molestaba, porque su dere­cha era plana. Corrí mucho, tenía un buen juego de pier­nas y fue importante man­tener toda la concentración. Estuve arriba en el cuarto set y en el último game volví a que­brarle el saque”.

El ambiente era totalmente adverso para Pecci. El court central de Roland Garros estaba colmado al tope de su capacidad, con 18 mil aficio­nados. Unos 12 mil fanáticos se congregaron en las afueras del estadio con motivo de la disputa de las instancias fina­les del siempre célebre Grand Slam parisino.

“Algunos franceses me alen­taban, aunque la mayoría apo­yaba a Connors”, refirió Pecci. El argentino Modesto “Tito” Vázquez era su entrenador. En el estadio había un puñado de estudiantes compatriotas residentes en París, además de don Miguel Ángel Napout, por aquel entonces director de 1º de Marzo, quien viajó para relatar de incógnito (no tenía los derechos) y por teléfono la campaña de Pecci.

“Roland Garros quería una final Borg-Connors, por todo lo que eso representaba para el marketing. La definición del uno contra el dos del mundo era perfecta. Connors era el antiguo número uno, antes de la aparición del Bjorn Borg (el sueco)”, agrega Víctor, al valorar aquel episodio de su carrera.

LO PREDIJO VILAS

“Si Pecci sigue jugando así, es capaz de doblegar a Connors, e incluso puede ganar el tor­neo contra quien sea”, predijo el astro argentino Guillermo Vilas, tras ser eliminado por Pecci en cuartos de final, en otro asombroso marcador, 6-0, 6-2 y 7-5. Vilas había sido campeón de la edición de Roland Garros 1977 y finalista de 1978.

POR RADIO Y TV

Las alternativas de la semifi­nal entre Víctor Pecci y Jimmy Connors fueron seguidas en Paraguay a través del relato improvisado de Miguel Ángel Napout. El partido fue televi­sado en señal color para casi todo el mundo, menos para Paraguay. Radio Ñandutí se sumó para la transmisión de la final ante el sueco Bjorn Borg.

Canal 9 mostró el partido en vivo y en directo en señal blanca y negra. Borg era invencible por aquellos tiem­pos, ganó 6-3, 6-1, 6-7 (8) y 6-4 y así se coronó campeón por cuarta vez en París.

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