Atlanta. AFP.

Tom Brady descorchó el champán y volvió a festejar con lágrimas de emoción en los ojos. No era para menos: sus New England Patriots acababan de ganar su sexto Super Bowl al derrotar 13-3 este domingo en Atlanta a Los Angeles Rams, y tanto el equipo como el quarterback se convirtieron en los más condecorados de la historia de la NFL.

Brady agrandó su leyenda como el único jugador con seis trofeos Vince Lombardi en nueve finales mientras que los Pats empataron la media docena de los Pittsburgh Steelers.

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“Este título es dulce, muy dulce. Este es un gran día para nuestro equipo. Nuestros muchachos jugaron como campeones. Nadie contaba con nosotros ni al principio ni a la mitad de la temporada, pero aquí estamos”, festejó exultante Bill Belichick, con­solidado como el entrenador con mayor número de Super Bowls tras levantar su sexto trofeo.

“Estoy muy orgulloso de mi equipo. Mira esto, esta es mi motivación (para seguir)”, dijo Brady quien, a sus 41 años, aún ve lejos la retirada.

MUROS INFRANQUEABLES

Mientras todos señalaban en las previas a Brady y a su homólogo de los Rams, Jared Goff, las que aparecieron fue­ron las zagas de ambos equi­pos, neutralizando cada ataque rival y generando frus­tración en las ofensivas.

Ni el técnico prodigio de los angelinos, Sean McVay, ni un Belichick que se siente cómodo en ese tipo de encuen­tros dieron en un principio con la tecla para desarticu­lar las telas de araña de sus oponentes.

“Es duro. Amo a este equipo y a estos jugadores. No he hecho suficiente de mi lado para poner a los míos en posi­ción de ganar y eso me pone enfermo”, declaró un triste McVay.

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