La meta del titular del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) es alcanzar el posicionamiento de país libre de aftosa sin vacunación, un lugar merecido tras varias décadas de esfuerzo y labor en materia sanitaria.

  • Por Rodolfo Sosa

Paraguay busca seguir por la senda del éxito en cuanto a producción y exportación de carne vacuna, con la conquista de nuevos mercados y su consolidación en aquellos en donde ya tiene presencia y reputación. En un mercado internacional cada vez más competitivo, la visión de José Carlos Martin Camper­chioli, presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), es alcan­zar el posicionamiento que el país se merece por su trabajo de varias décadas en materia sani­taria: el estatus de país libre de aftosa sin vacunación.

En entrevista con La Nación/Nación Media, Martin se posi­ciona entre los Hacedores LN con el pulso de juventud, pero con la visión de sus años de academia y experiencia labo­ral, además del patriotismo que busca imprimir en su labor que apunta a que Para­guay se siga destacando por su producción pecuaria.

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–¿Cuál es el momento actual del país en materia sanitaria y comercial?

–Hemos concluido un semes­tre sumamente positivo, mar­cado principalmente por la exitosa implementación de la nueva política pública de Sis­tema de Identificación Animal del Paraguay (SIAP), con obje­tivos plenamente cumplidos, producto de casi cuatro años de trabajo. El proceso incluyó la construcción de consensos con los actores involucrados, la presentación del proyecto de ley al Congreso Nacional, la coordinación con el Minis­terio de Economía y Finan­zas para asegurar los recur­sos necesarios, la licitación de las caravanas y el desarrollo integral del sistema. A nivel comercial, en el primer semes­tre de 2025 tuvimos un creci­miento de más de dos dígitos en las tres especies de expor­tación, llegando a USD 1.305 millones, lo que representa un aumento de USD 200 millones respecto al mismo período del 2024, además de una agenda muy nutrida en auditorías.

–Uno de los grandes desa­fíos que ha trazado es lograr que Paraguay sea declarado libre de aftosa sin vacunación, ¿qué implica este paso para el estatus sanitario del país?

–En el mundo actual, en cons­tante cambio, donde la tecno­logía, los mercados, las relacio­nes sociales, incluso el clima, evolucionan de forma acele­rada y donde la carne para­guaya busca consolidarse con fuerza, no podemos permi­tirnos ignorar ningún tipo de señal. Debemos mantener­nos atentos, evaluar conti­nuamente nuestro entorno y adaptarnos con agilidad. Los profesionales, las empresas, las instituciones e incluso las naciones que sobreviven y pros­peran no son los más fuertes ni los más ricos, sino aquellos que detectan a tiempo lo que está cambiando y se reinven­tan sin miedo.

Debemos ser como esa rana que si se da cuenta del aumento de temperatura: que salta a tiempo, actúa, cambia de estrategia o incluso cambia de camino antes de que sea dema­siado tarde. Desde el Senacsa venimos trabajando desde hace más de seis años con esta visión, de la mano de todos los interlocutores válidos del sec­tor productivo. Nuestro enfo­que se basa en la ciencia, el comercio, la gestión de riesgos y, sobre todo, en la búsqueda constante de competitividad para nuestro producto estre­lla que es la carne paraguaya. Estamos convencidos de que no podemos conformarnos, de que Paraguay merece avan­zar y estamos comprometidos con ese camino.

MOMENTO HISTÓRICO

–¿Cómo se acompaña este cambio de paradigma que se establecerá con el cese de la vacunación antiaftosa para que no genere incertidum­bre en el sector productivo?

–La incertidumbre se pro­fundiza cuando una deci­sión técnica se politiza. Las decisiones técnicas adopta­das por el sector hace más de 10 años son las que han gene­rado los resultados positivos que hoy vemos en nuestro país. El último caso de fiebre aftosa en Paraguay se regis­tró hace 14 años. En aquel entonces, se vacunaba 2,5 veces al año a todo el hato ganadero. Si logramos una comunicación efectiva y el mensaje llega con claridad, este debería ser un momento histórico para avanzar jun­tos hacia uno de los objeti­vos más importantes de la ganadería paraguaya en los últimos 60 años. Este hito será el fruto de un trabajo conjunto entre la resiliencia de los productores, la pro­fesionalización del Senacsa y la modernización de la industria. No un motivo de peleas o disputas. Lo que se propone es el desarrollo sos­tenido del país a mediano y largo plazo.

Hoy, con el 85 % del hato gana­dero libre de fiebre aftosa sin vacunación en América, y considerando que el 72 % de la carne comercializada en el mundo proviene de países libres sin vacunación, además de todo el trabajo técnico reali­zado a nivel nacional, se vuelve cada vez más difícil justificar técnicamente, científicamente y comercialmente la continui­dad de la vacunación. Debe­mos predicar con el ejemplo: con reglas claras, institucio­nes sólidas y un compromiso real con el interés general del país, entendiendo que la deci­sión de aspirar al máximo esta­tus sanitario es el inicio de un proceso que lleva un tiempo de arduo trabajo técnico y como dice una conocida frase: “Todos los triunfos nacen cuando nos atrevemos a comenzar”.

AVANCES SIGNIFICATIVOS EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS

Martin dice que países competidores observan con interés, e incluso con cierta envidia, los logros alcanzados por Paraguay.

–¿Cómo se trabaja desde Senacsa para garan­tizar los más altos estándares sanitarios y abrir nuevos destinos comerciales?

–Sin lugar a dudas fueron años complejos y tensos en la relación entre la industria fri­gorífica y los productores, con nosotros en el medio, cumpliendo un rol de mediación y de búsqueda de consensos. No obstante, en los últimos tres años hemos logrado avan­ces significativos: implementamos la tipifica­ción paraguaya de la carne, abrimos mercados internacionales de gran relevancia, pusimos en marcha el sistema de identificación animal y recientemente, comenzamos con el dressing. Todo esto, además, se dio en un contexto de récord de producción –favorecidos en parte por la sequía– y exportación. Entonces, se puede inferir que gran parte del conflicto fue más político o abstracto, porque incluso más allá de las diferencias, el país avanzó, y otros países competidores observan con interés e incluso con cierta envidia los logros alcanzados por Paraguay.

–La carne aviar y la porcina están ganando terreno en el escenario exportador, ¿qué oportunidades visualiza para estas cadenas en los próximos cinco años?

–Estos sectores están ganando una visibilidad extraordinaria en muy poco tiempo. Los últi­mos mercados abiertos han traído una luz de esperanza muy significativa para la producción avícola y porcina. Las noticias que recibimos son mayoritariamente positivas: instalación de nuevas industrias, ampliación de la capacidad productiva en granjas existentes y un creciente interés por invertir. Este es, evidentemente, el camino correcto a seguir. Apostar por el valor agregado mediante la transformación de materias primas agrícolas en proteína animal debe ser un objetivo al que apuntar como país. En los últimos meses recibimos dos estudios, uno del Banco Mundial y otro de una consul­tora privada, canalizado a través del Ministerio de Industria y Comercio que destacan, con cla­ridad y detalle, el enorme potencial que tiene Paraguay en estos rubros a mediano plazo. Un potencial que, incluso nosotros, a veces no logramos dimensionar completamente. Sin lugar a dudas, en términos de cantidad de kilos producidos, ya para el 2030, el sector porcino y avícola juntos deberían estar muy cerca de alcanzar los niveles del bovino. Paraguay por su potencial productivo, tiene la obligación de con­tribuir con la seguridad alimentaria en el mundo. Nuestras ventajas competitivas y comparativas, verdaderamente privilegiadas, nos imponen un compromiso aún mayor, generando desarrollo, empleo y bienestar para nuestra gente.

PERFIL

  • Doctor en Ciencias Veterinarias por la Universidad Nacional de Asunción
  • Magíster en Adminis­tración de Negocios del INCAE Business School
  • Fue analista de factibilidad de proyectos agropecuarios de gran escala en una importante empresa ganadera local
  • Fue consultor para una empresa de nuevos commodities en Ciudad de México

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