• Por Willian Legal

El Gobierno del Para­guay anunció el plan de construc­ción de 22 pequeñas centra­les hidroeléctricas (PCHs) en ríos internos del país, que requerirá una inversión de USD 1.400 millones. El mega­proyecto apunta a diversificar la matriz energética nacio­nal y a generar unos 25.000 empleos directos e indirec­tos que dinamizarán la eco­nomía. Desde el sector indus­trial destacan que hará más competitivo al país y contri­buirá a captar más inversión.

La iniciativa es liderada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), a través del Viceministerio de Minas y Energía. Esto será posible gracias a una actua­lización legislativa que per­mitirá simplificar los proce­sos de generación de energía eléctrica a pequeña escala y licitar cuencas completas en lugar de proyectos individua­les, aprovechando al máximo el potencial hidroeléctrico de los ríos del país.

Mauricio Bejarano, viceministro de Minas y Energía

El viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, explicó a La Nación/Nación Media que Paraguay estaría experimentando la demanda máxima de consumo ener­gético hacia el 2030 o 2031, según las prospectivas ener­géticas. Ante este pano­rama, enfatizó la necesidad de “introducir nuevas fuen­tes de generación y, por sobre todo, diversificar la matriz” para poder enfrentar esta demanda.

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COMPLEMENTAR LA MATRIZ ENERGÉTICA

Con las pequeñas centra­les hidroeléctricas, más las otras energías renovables pro­yectadas desde el Gobierno, se busca complementar la matriz energética actual y aumentar la disponibilidad. “Lo que buscamos es la com­plementariedad, la diversifi­cación de la matrícula de gene­ración, la implementación de la mayor cantidad de fuentes de generación para que esto pueda ser una ayuda, un com­plemento a todas las centra­les ya existentes y que de esta manera siempre tengamos esta holgura de excedente de energía eléctrica que nos per­mite el desarrollo como país hoy y que cada día es más mar­cado y pronunciado”, acotó.

En el Paraguay existen 1.745 lugares donde se podrían desarrollar pequeñas cen­trales hidroeléctricas, de los cuales el Parque Tecnológico Itaipú identificó 22 ubicacio­nes con potencia superior a 5 MW (megavatio) cada una, con un total de 400 MW de generación.

Enrique Duarte, presidente de la UIP

SITUACIÓN ACTUAL

El Plan Maestro de Genera­ción 2024-2043 de la Admi­nistración Nacional de Elec­tricidad (Ande), que aborda las proyecciones de consumo, refiere que en el país actual­mente toda la energía eléc­trica proviene de centra­les hidroeléctricas y que el momento de mayor consumo (conocido como “hora pico”) es el más crítico a la hora de planificar nuevas obras. Sin embargo, en el futuro no todas las nuevas plantas de genera­ción serán hidroeléctricas, por lo que es importante estu­diar cómo varía la demanda de electricidad a lo largo del día y del año, así como considerar cuándo estarán disponibles otras fuentes de energía, como solar o eólica, para garantizar un suministro estable.

El Centro de Estudios Eco­nómicos (CEE) de la UIP reveló que, para un escena­rio de moderado crecimiento industrial (del 5,3 % del PIB anual), las estimaciones de crecimiento promedio anual para la demanda máxima serán del 6,6 % y del 6,8 %, basado en una estimación que hizo la Ande para el período 2019-2030. Sin embargo, la demanda de potencia máxima superó la proyección de la Ande desde el 2022. Para ese año, la demanda de potencia máxima aumentó 13,6 %, 7 % más de lo estimado. Esta alcanzó 4.270 MW, superando los 4.195 MW proyectados.

En el 2024, el consumo de energía eléctrica en el país creció 18 %, casi 5 % más de lo esperado por la Ande. Llegó a 26.143 GWh (gigavatio-hora), superando los 24.725 GWh proyectados. Además, la demanda máxima superó en 50 MW las estimaciones. El consumo no solo crece al doble de lo previsto (antes 7-8 % anual), sino que ahora aumenta entre 10 % y 12 %.

PROSPECTIVAS

El CEE de la UIP incluyó en su estudio la demanda de potencia máxima que elaboró la Ande (hasta el 2030) y del Viceminis­terio de Minas y Energía (hasta el 2025). Describe que, conside­rando que la potencia máxima es de 8.800 MW y tomando las estimaciones de ambas insti­tuciones, podría decirse que la demanda superaría a la oferta en el segundo quinquenio de la década 2030-2040.

Si el consumo de energía continúa su ritmo actual, el sistema eléctrico nacional podría enfrentar un déficit en los primeros años de la década del 30. En un escena­rio alto, donde la demanda de potencia máxima crece a un ritmo del 10,3 % anual-pro­yección basada en los últimos dos años, la necesidad supe­raría la capacidad instalada antes de 2030. Bajo un escena­rio medio, con un incremento anual del 7,4 % (calculado con base en los últimos 5 años), el punto de quiebre llegaría en 2032. Mientras que, en un escenario conservador –que sigue la proyección oficial de la Ande con un crecimiento del 6,6 % anual–, el desbalance entre oferta y demanda se pro­duciría en 2033.

ESTADO DEL PROYECTO

Si bien no existe un crono­grama definido, Bejarano ade­lantó que antes de fin de año se pretende licitar la primera central hidroeléctrica que se construirá en el río Ypané, en la zona comprendida entre los departamentos de San Pedro y Concepción. Aclaró que los tiempos dependen tam­bién de la Ande, institución encargada de las licitaciones. Según las estimaciones, el plazo de las construcciones de cada PCH sería de 24 a 36 meses. Pero hasta la fecha se espera la reglamentación de la ley para poder avanzar al siguiente paso que es el lla­mado a licitación.

Bejarano afirmó que la inver­sión para la construcción de las pequeñas centrales hidroeléc­tricas será eminentemente pri­vada. En este sentido, se espera que la Ande llame a una lici­tación pública internacional para comenzar el proyecto en la cuenta del río Ypané. La par­ticipación del Estado se cen­trará en la compra de energía producida por estas centrales mediante la Ande y será incor­porada al sistema interconec­tado nacional. Añadió que la ley contempla la posibilidad de “autoconsumo” y de exporta­ción, lo que abre nuevas opor­tunidades tanto para usuarios privados como para la Ande.

Destacó el elevado interés que despierta el proyecto. “Estamos recibiendo un montón de manifestaciones de inte­reses de empresas naciona­les e internacionales que por supuesto deberían consor­ciarse, ya que se necesita una expertiz para la construcción de esto. A nivel nacional tene­mos constructoras impor­tantes, pero no tenemos la posibilidad de experiencia de construcción de pequeñas cen­trales hídricas, que sí la tiene a nivel internacional”, señaló.

IMPULSO A LA INDUSTRIA

El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, resaltó la importancia de las PCHs tanto para el desarrollo nacional como para el forta­lecimiento industrial. “Todo lo que sea generación limpia y renovable es fundamen­tal, no solo para la industria, sino que para el país”, sostuvo, acotando que algunas de las represas proyectadas pue­den servir en punta de carga y otras que puedan servir de base. Ambas son importantes.

Consultado sobre qué sec­tores industriales se bene­ficiarían, respondió que el impacto será amplio. “Toda la industria se beneficia de la mayor capacidad instalada en el país, no solo una”, afirmó. El hecho de tener mayor capaci­dad de generación de energía limpia influirá en la competi­tividad del país a nivel regio­nal, por ende, se podrá captar mayor inversión de industrias extranjeras. Consideró que un punto importante será mantener los costos bajos de la energía. “Esperemos que siga siendo de los más bajos en la región”, apuntó.

Raúl López, empresario

IMPACTO ECONÓMICO

El empresario Raúl López, de Guaraní Energías Renovables SA, destacó el posible efecto multiplicador local de las pequeñas centrales hidroeléc­tricas. “Estos 22 lugares van a generar de 15.000 a 25.000 puestos de trabajo directo. En promedio, unas 20.000 per­sonas. Multiplicando por una familia tipo de cuatro perso­nas, estamos hablando de una cantidad bastante interesante de gente que va a entrar al sec­tor económico”, dijo.

López consideró que, al ser exclusivamente capital pri­vado, tanto nacional como internacional, más del 60 % de estas inversiones queda­rán en el país y cerca del 12 al 15 % se traducirá en sala­rio directo. “Entre el 60 % y el 70 % de todas las inversiones quedan en el país. No son como los paneles solares, donde tie­nes que enviar plata el 90 % afuera para traer los equipos. Con las PCHs tenés la tierra, la cuenta hídrica, la mano de obra, las varillas de hierro, el cemento, los productos que deben usarse como combus­tible, el transporte… es una cadena muy amplia de econo­mía que se desarrolla”, afirmó.

Insistió en que estos empren­dimientos implican un impor­tante retorno fiscal, incluso en términos impositivos. “Cada pequeña central hidroeléctrica puede generar, solamente en IVA, alrededor de USD 500.000 por año. Si una central vende entre 5 a 10 millones de dólares, el 10 % es IVA”, detalló.

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