- Por Rodolfo Sosa
Paraguay busca que la industria se posicione cada vez más como un soporte de las grandes exportaciones tradicionales y brinde una previsión al comercio exterior, ya que no depende, en demasía, de factores climáticos. El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, concedió a La Nación/Nación Media una entrevista para formar parte de los Hacedores LN y exponer su visión personal y la del gremio acerca de la senda que transita el país para alcanzar el deseado desarrollo para todos los habitantes.
Duarte, ingeniero eléctrico de profesión, reflexionó sobre el estado actual del sector, sus principales desafíos y vaticinó que Paraguay ingresará a una “temporada de oportunidades” vinculadas principalmente a su potencial de país generador de energía limpia y renovable, y que los jóvenes que deseen ingresar a la industria recibirán un país con grandes chances y desafíos.
–¿Qué significa para usted presidir una institución con tanto peso en la economía del país como la UIP?
–Es un gran honor y una enorme responsabilidad. La UIP representa a un sector que transforma materia prima en valor agregado, genera miles de empleos y sostiene buena parte del crecimiento económico del país. Presidir la UIP implica no solo defender a nuestros industriales, sino también vender la imagen del Paraguay industrial al mundo, atraer inversiones y fortalecer nuestra inserción en los mercados globales. Estoy convencido de que cuando a la industria le va bien, al país entero le va bien.
–¿Qué sectores dentro de la industria nacional considera que tienen mayor potencial de crecimiento en los próximos años?
–Paraguay tiene sectores industriales con un enorme potencial. Por un lado, se encuentran los sectores vinculados a la agroindustria, más allá de los aceites, las harinas y la carne, muchos alimentos procesados se encuentran en expansión, ganando espacio en mercados externos. En la misma línea, la industria forestal y maderera se encuentra recibiendo muchas inversiones y conquistando mercados competitivos y exigentes. Hay que destacar también el gran crecimiento del sector metalúrgico. Un rubro que está escalando a pasos agigantados, recibiendo grandes inversiones extranjeras.
La fabricación de productos de metal es un gran potencial que debemos explotar. El sector se encadena con muchas industrias conexas, trabajo intensivo como la construcción, y con gran potencial de valor agregado como la industria naval, sector prioritario. Las industrias química y farmacéutica son un gran ejemplo, habiéndose consolidado en el mercado interno con la producción de medicamentos genéricos, y exportando a diversos mercados regionales. Pero, sin duda, un sector que está mostrando una trayectoria explosiva es la industria de productos para el sector automotriz, impulsados por el régimen de maquila, constituyendo hoy un sector de peso en las exportaciones de origen industrial.
Auguramos un futuro promisorio en la industria ligada a la generación de energía eléctrica. Si invertimos de forma anticipada y estratégica en nuevas y diversificadas fuentes de generación, podríamos convertirnos en un hub energético regional y atraer industrias electrointensivas como la reducción de minerales, producción de fertilizantes y petroquímica, generando empleo, valor agregado y sustitución de importaciones.
La intensificación de la exploración de hidrocarburos, especialmente de gas natural, es una necesidad estratégica para consolidar la diversificación de nuestras fuentes de generación de energía. Estamos entrando en una nueva temporada de oportunidades: el mundo demanda la industria de la bioenergía, energía más limpia, cercana y confiable, constituyendo para el Paraguay y la región un gran potencial para ese nicho de inversión.
EN PLENA EXPANSIÓN
–¿Cuál es su visión sobre el estado actual de la industria paraguaya?
–La industria paraguaya se encuentra en plena expansión. En la década de los noventa, las exportaciones manufactureras eran apenas el 7 % del total; sin embargo, hoy la industria ya ocupa el 40 % del total de las exportaciones. Aunque esto ha sido impulsado principalmente por manufacturas tradicionales, la canasta exportadora se diversifica cada vez más; las manufacturas de origen industrial ya ocupan aproximadamente el 30 % de las exportaciones industriales. Entonces, es notable que la industria paraguaya se encuentra en un proceso progresivo de crecimiento y diversificación, lo que no quita el hecho de que los desafíos estén a la orden del día.
PRINCIPALES DESAFÍOS
–¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan hoy los industriales paraguayos en términos de competitividad?
–La industria paraguaya enfrenta una serie de desafíos estructurales que deben ser abordados de manera integral para mejorar su competitividad. En primer lugar, persiste una alta informalidad que distorsiona la competencia y desalienta la inversión formal. Esto va de la mano con un entorno normativo que muchas veces resulta complejo y costoso, y también de una matriz productiva con niveles de productividad heterogéneos y, por lo general bajos. Otro desafío central es el acceso al financiamiento. Hoy, los industriales operan en condiciones desiguales respecto a otros sectores económicos. La industria necesita crédito de largo plazo y en condiciones de desarrollo, adaptado a sus ciclos productivos, con tasas competitivas y garantías accesibles. Aunque parezca una obviedad, para diversificar la matriz productiva es importante que sectores no tradicionales puedan invertir y expandirse.
En términos de infraestructura, aún enfrentamos deficiencias logísticas. Al ser Paraguay un país mediterráneo, esto reduce nuestra capacidad de competir en mercados foráneos. En términos de formación profesional y educación, debemos fortalecer y ampliar el capital humano, aspecto indispensable para mejorar nuestros niveles de productividad. Se necesita una mayor vinculación entre el sistema educativo y la industria; adaptando la oferta educativa a la demanda laboral de la economía.
Por supuesto, el contrabando siempre es un desafío latente. A pesar de que las importaciones no registradas hoy son menores en relación a unos años atrás, requerimos seguir fortaleciendo nuestra estructura normativa dotando a la autoridad de control de capacidades para mejorar la lucha contra este flagelo.
ENRIQUE DUARTE LURAGHI
- Ingeniero en Electricidad por la Universidad Federal de Río Grande del Sur, Brasil
- Se desempeñó como profesor de la cátedra de Electrotecnia II de la Facultad de Ingeniería de la UNA
- Presidente de la Cámara Paraguaya del Petróleo (1994-2007)
- Presidente de la Cámara de Empresas Eléctricas (2015-2019)
- Presidente de Tecmont S.A. y Novaterra S.A.
- Director de Trafopar S.A. y Sky Cop S.A.
- Presidente de turno de la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco)
- Actualmente presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP)