El titular de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) fue entrevistado en el programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, conducido por Augusto dos Santos. En la conversación Duarte comentó sobre cómo el sector industrial recibe la noticia del acuerdo al que ha llegado el Gobierno paraguayo con el Brasil en torno a la tarifa de Itaipú. También habla sobre las expectativas, sobre las materias pendientes aún en el campo energético, y de otros temas como la polémica de la criptominería.

–¿Cuál es la visión que tie­nen los industriales al res­pecto del acuerdo logrado con Brasil sobre la tarifa de Itaipú?

–Yo te voy a dar dos visiones, si me permitís. Yo soy una per­sona criada y malcriada en el mundo de la energía, ¿verdad? Tanto que la identidad indus­trial también está relacionada a la energía de la que hacemos. Y yo creo que estamos pasando un momento que yo considero un hito histórico. Y es un éxito de la diplomacia, del Gobierno, del comercio, de la socie­dad. Particularmente creo que hoy el Paraguay necesita invertir. Está relegada nues­tra inversión en infraestruc­tura eléctrica y ahí entro en lo de la industria y qué queremos, calidad de energía, porque de balde vamos a tener buen pre­cio cuando la factura se abulta por el problema de la calidad.

–Esto que pasó nos dijo algo como “recuerden que la ener­gía es algo que produce rique­zas”, aun 50 años después del inicio de un proceso.

–Pero imagínate lo que sig­nifica la puesta en valor de lo que es la energía, la energía limpia y el activo que tiene la República del Paraguay en lo que es la represa de Itaipú. La energía para nosotros es el gran elemento. No solo del punto de vista de la genera­ción para llevarnos al desa­rrollo a través de la manufac­tura que genera valor agregado a las materias primas y que es la que genera empleo. Donde puedas leer o experiencia que puedas escuchar, se entiende que el desarrollo no vino fuera de las manos de la industria. Y pasar a la sociedad el conoci­miento implica a través de la industrialización. La energía para nosotros es tan valiosa, es escasa no solo en el mundo, en la región, y no solo tenemos todo ese potencial, energía lim­pia, con generación hidráulica, sino que también tenemos un futuro, lo que es toda la bioe­nergía. Y la bioenergía nece­sita de la electricidad para ser totalmente limpia.

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MATERIAS PENDIENTES

–¿Qué es lo que no se hizo aún que el sector industrial percibe como materias pen­dientes en términos de la relación entre la energía y la productividad?

–Retrotraigámonos a 50 años atrás, qué era el Paraguay. Vea­mos lo que ocurrió durante la construcción de Itaipú. Y vea­mos dónde estamos hoy. Pro­bablemente no sea lo ideal, o sea, no es lo ideal, pero estamos en un estadio diferente. ¿Qué no se hizo? Yo creo que diver­sos gobiernos en el pasado entendían que la energía era necesaria, pero el populismo les atrapó y evitó que nosotros realmente podamos ya haber aprovechado con mayor capa­cidad toda esa energía. Hoy la industria textil fuerte que requiere, por ejemplo, calidad de consumo, no está presente en el país. La tecnología, la pro­ducción tiene muchos proble­mas con los pestañeos y cortes.

Entonces, ¿cuál es la mate­ria pendiente? Y la materia pendiente es no haber inver­tido para que nosotros, los paraguayos, abandonemos esa posición rentista de querer ven­der o ceder la energía y adoptar esa posición desarrollista que es utilizar nuestra energía para generar empleo y generando empleo se genera desarrollo.

CRIPTOMINERÍA

–¿Qué piensa de la contro­versial cuestión de la cripto­minería?, que es una indus­tria potente hasta lo que se puede imaginar.

–Nosotros desde el sector industrial creemos que el procesamiento de datos es interesante. Solamente que nuestro país, la población eco­nómicamente activa necesita empleos. Y con todo el respeto es un sector dinamizador, es un sector tecnológicamente de avance y nosotros necesi­tamos generar empleos rea­les. Pero mientras no consu­mamos esa energía, ¿por qué vamos a jugar a lo del perro del hortelano. Utilicemos nues­tra energía, hablamos de nues­tra soberanía energética, pues usemos.

–¿Cuánto hay que avanzar en términos de redes, de construcción de facilida­des tecnológicas para que la energía llegue a la indus­tria o a la casa más humilde?

–Hoy en gran parte del Para­guay la energía llega, pero el problema es cómo llega. ¿Qué es lo que pasa con las utilities? Las utilities son el servicio de energía eléctrica, las teleco­municaciones, la comunica­ción y el agua. Ocurre que los mercados crecen, las econo­mías crecen. Si dejás de inver­tir, no es que digo ‘pongo más dinero y recupero’. Y hay otro problema, el mercado sigue creciendo, o sea que no solo hay que ir recuperando, sino que hay que ir acompañando el crecimiento. Entonces, lo que yo trato siempre de explicar es que la gente debe entender que de repente lo agradable, una tarifa baja, una tarifa sub­sidiada, tiene consecuencias en el tiempo. Y resulta que las consecuencias no son reme­diables en el corto plazo y lle­van mucho tiempo. Acá gana­mos tres años, ¿verdad? Hay muchas cuestiones que van a salir todavía sobre esta nego­ciación, pero no importa, ganamos tres años, apro­vechemos estos tres años y recortemos ese problema que traía.

–¿Cómo tenemos que apro­vechar esos tres años?

–No todo tampoco tiene que ser energía, pero mayo­ritariamente tiene que ser invertido en lo que es el refuerzo sobre todo del sis­tema de distribución, que es el que llega a las casas y el que llega mayoritariamente a la industria, darle mejores condiciones al sistema de transmisión y trabajar en una zona del futuro, que es nues­tro Chaco. Nuestro Chaco, la bioceánica, todos van a ser factores de desarrollo, pero tenemos que darle el condi­mento de la energía en condi­ciones en toda esa zona.

“TENEMOS QUE LLAMARNOS A UNA RECONCILIACIÓN”

–¿Cuáles son, te parece, las grandes líneas políti­cas que tienen que crecer en la sociedad en tér­minos de diálogo y de consenso? ¿Qué reclamos harían como gremio al respecto de eso?

–Nosotros que estamos muy en contacto con los colaboradores, con recursos humanos, sentimos en la masa laboral una insatisfacción. Nosotros senti­mos que no hay alegría en el trabajo. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Hay una gran crispación, lo negativo está por delante de lo positivo. Yo creo que noso­tros tenemos que llamarnos a una reconciliación, a entender que los momentos no se presentan o dos o varias veces en un periodo corto de tiempo y si noso­tros no aprovechamos hoy todo esto que se cons­truyó con sacrificio… porque recordemos que en el año 2003, a través del acuerdo entre la sociedad civil y el Estado para nuestra reforma tributaria, con los resultados que tuvo, empezó un camino que en el 2003 se continuó con la Ley de Estabilidad Fiscal, que en 2019 implicó la reforma tributaria. Nuestra macroeconomía es sólida, estamos siendo vistos por el mundo, pero todavía no está desembarcando esa inversión importante. Entonces, yo creo que tene­mos que evitar esa crispación. Tratemos de generar un país que tenga alegría, la alegría de vivir, que no vivamos de posiciones de repente de sectores de opinión que solamente buscan crispar.

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