La industria aceitera nacional logró proce­sar 1.468.632 tonela­das de oleaginosas durante el primer semestre y esto repre­sentó un aumento del 9,6 % más con relación al mismo periodo del año pasado, según indicaron desde la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). Sin embargo, estos volúmenes estuvieron más de 100 mil toneladas por debajo del promedio de este periodo para los tres años anteriores a la sequía de 2022.

La actividad en las indus­trias se mantuvo por debajo de lo esperado debido a las “deterioradas condiciones de competitividad en la que se encuentra el sector a causa de los constantes cambios de regla”, y este año estas se vieron intensificadas por la fuerte demanda de granos desde las fábricas argentinas que sufrieron un quiebre de cosecha a causa de la sequía.

Al cierre de la primera mitad del año se procesaron 1.426.609 toneladas de soja, un incremento de 8,7 % con respecto al mismo periodo de 2022, pero hay que conside­rar que fueron comparadas con el peor año en la historia del sector. “Esta variación todavía resulta bastante reducida considerando que se estima que la actual cose­cha duplicará con creces a la obtenida en la campaña agrí­cola pasada”, expresaron. En tanto, el aprovechamiento de la capacidad nominal dentro de las fábricas siguió alcan­zando el 61 %, lo cual perma­neció por debajo del promedio para los últimos 3 años.

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SEGUNDO SEMESTRE

Para la Cappro, la situación en el segundo semestre sería nuevamente complicada para la industria aceitera nacional, a raíz de que más del 58 % de la estimación de cosecha de soja ya fue industrializada o exportada en estado natural en los primeros seis meses de 2023.

“Considerando el gran ritmo al que se dieron las expor­taciones de soja en estado natural, con destino prin­cipalmente a las fábricas de Argentina, la situación en el segundo semestre sería nue­vamente complicada”, advir­tieron.

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