ALAN HERMOSILLA, gerente de Negocios de Banca Preference.

Una gran cantidad de personas considera que un plan financiero está relacionado única y exclusivamente a una empresa o negocio. Otro grupo opina distinto y cree que está más orientado a planes de retiro, para pasarla bien –económicamente hablando– durante la vejez. Sin embargo, un plan financiero es esencial para cualquier persona que quiera organizar su vida financiera.

El primer paso es elaborar un presupuesto anual, el cual se logra estableciendo un registro de los siguientes componentes:

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• Ingresos son todo el dinero que llega a tu bolsillo en concepto de salario, honorarios, aguinaldos, rentas financieras sobre inversiones, ahorros e ingresos extraordinarios.

• Egresos son todo el dinero o los fondos que salen de tu cuenta como gastos de alimentación, transportación, educación, salud, vivienda, entre otros. También es oportuno registrar los egresos por inversiones y ahorros, que si bien no son gastos, son egresos de tus disponibilidades.

En cuanto a los egresos, les recomendamos tener una cuenta que registre los fondos destinados a contingencia para prever algún gasto no contemplado o fortuito. Durante la pandemia incorporamos la importancia de tener un “colchón” para emergencias. Lo ideal es asignar un monto mensual a este fin, hasta contar con una cobertura de seis meses de gastos.

PRESUPUESTO REALISTA

El presupuesto debe ser lo más realista posible, analizado y ajustado a lo que usualmente ocurre mes tras mes y en caso de existir imprevistos es preferible que estos sean temporales. Lo mejor es no desviarse de la esencia de esta herramienta, que es conocer a detalle nuestros movimientos. Cuando existe un aumento en los ingresos, naturalmente tendemos a aumentar nuestros egresos con supuestas necesidades no satisfechas y que hasta consideramos obligatorias. También nos damos gustos no planificados originalmente, como tomarnos más días de vacaciones y comprar cosas innecesarias, entre otras. Recomendamos no entrar en este círculo vicioso llamado “inflación del estilo de vida”.

METAS FINANCIERAS

Debemos fijar metas financieras que nos ayuden a establecer objetivos claros, concisos y medibles que se definan de acuerdo al tiempo estimado que puede llevar cumplirlas:

• Corto plazo (hasta 12 meses): para establecer un fondo de contingencia de 6 a 12 meses de gastos o bien mejorar la calidad de los gastos corrientes.

•Mediano plazo (entre 13 y 60 meses): ahorrar para un posgrado, para las vacaciones o bien para cambiar el auto.

•Largo plazo (más de 60 meses): aumentar el volumen de inversión total, la cual servirá para hacer crecer nuestro ingreso bajo el concepto de renta financiera, participar en uno o más fondos de inversiones con vista al retiro o invertir para mudarnos a una casa más grande.

PLANIFICACIÓN PATRIMONIAL

La última arista busca establecer la estructura y estrategia adecuadas para administrar y proteger de la mejor forma nuestros bienes en el presente, proyectándolos a futuro. Esto nos ayuda a tener en claro las acciones relacionadas como:

• Sucesorias: estableciendo la nómina de herederos y la porción de patrimonio a recibir.

• Tributarias: buscando la mayor eficiencia en el pago de los mismos.

• Financieras: buscando mejorar los gastos de mantenimiento, hacer eficiente la estructura administrativa tanto local como internacional, mitigar riesgos y establecer condiciones en caso de problemas de salud.

Estamos iniciando un nuevo año, es una excelente oportunidad para establecer objetivos que nos permitan hacer llevadero nuestro día a día en lo que respecta a finanzas personales y a proyectar un futuro más próspero. ¡Te invito a que empieces hoy!

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