El combustible se ha convertido en uno de los bienes más preciados por la alta cotización de commodities como materia prima, en este caso, el petróleo. Si bien es cierto que es una problemática internacional, al ser Paraguay un país dependiente de la importación adquiere todos los sobrecostos de este, y solo en los últimos 4 años se incrementó hasta el 72%.

Esta cifra se da conforme a los datos recopilados por el diario La Nación/Nación Media, de cómo fueron aumentando los precios en este periodo de tiempo desde el 2019 hasta el año actual, con base en el monitoreo de precios de la Secretaría de Defensa del Consumidor (Sedeco) de los emblemas privados, y de publicaciones periodísticas anteriores.

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En este sentido, se encontró que solo en el caso de los dos combustibles más utilizados en el país, el diésel tipo III y la nafta intermedia (92, 93, 95 octanos), se puede hablar de un incremento de hasta 71,8% para el primer caso y de 40% para el segundo desde el año tomado en el 2019 hasta la actualidad.

Se aclara, igualmente, que los valores son referenciales y promedios en relación con las distintas marcas de los privados sin tener en cuenta los de Petropar, pues cada emblema define su precio final y varía nuevamente si se carga combustible en central o en el interior del país.

Lo que sí queda claro es que el bolsillo de los usuarios se fue ajustando a la par que los precios aumentaban, pues si en el 2019 se podía cargar un gasoil común hasta 19 litros por G. 100.000, para esta altura del año apenas se llega a 11 litros. Y en el caso de la nafta intermedia, que de los 16 litros que se podía cargar hace 4 años, a la fecha llega a los 12 litros.

En este último punto, se recuerda que en los últimos tres meses, desde octubre se pudo apreciar algunas reducciones para el caso de la nafta por la tendencia en el mercado internacional que se espera continúe, no así en el diésel, y por ello que la diferencia en la cantidad de litros comprados hace 4 años frente a diciembre del 2022 pareciera no tan amplia.

PICOS ELEVADOS

En el caso de la nafta 93, para mediados de octubre de este año el precio de la mayoría de las estaciones estaba en G. 8.260, y otras dos entre G. 8.390 y G. 8.310, respectivamente. Pero solo basta recordar que en los meses de junio, agosto y setiembre se tuvo que soportar los picos elevados de los precios, llegando casi los G. 10.000 el litro la nafta en la calidad intermedia, según el emblema. Para este momento del año (agosto-setiembre), a diferencia de 4 años atrás cuando por G. 100.000 se compraba 16 y 19 litros de combustibles (nafta intermedia y diésel común), solo se llegaba a 10 y 11 litros, respectivamente.

Los valores son referenciales y promedios en relación con las distintas marcas de los emblemas privados.

Gobierno no acompañó, enfatiza economista

Para Rodríguez Tornaco, Petropar pudo haber optado por menores utilidades pensando en el bolsillo de los usuarios.

José Luis Rodríguez Tornaco.

Pero para tener un panorama del contexto local, más allá de los factores exógenos del commoditie, el diario La Nación/Nación Media conversó con el economista y ex viceministro de Industria, José Luis Rodríguez Tornaco, quien alegó que de alguna forma, la estatal Petróleos Paraguayos (Petropar) pudo haber optado por menores utilidades pensando en el bolsillo de los usuarios.

“Sí, en su momento Petropar hubiera decidido acompañar el bolsillo de la gente y dejar de pensar en generar altas utilidades, porque nadie dice que pierda, pero ganar G. 2.000 incluso en su momento en un combustible premium, habla de las claras intenciones de acompañar la política de oligopolio comercial”, expresó.

Esto, recordando las propias palabras del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, quien había anunciado con bombos y platillos las utilidades de más de US$ 200 mil millones durante la pandemia, dinero que salió del bolsillo de los paraguayos.

Es así que el especialista llegó a la conclusión de que el Gobierno actuó de respaldo para algunos sectores, pues tenía muchas facturas pendientes por pagar a ciertos grupos que respaldaron llegar al poder, al tiempo de lamentar la total miopía y ceguera del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), de que su brazo regulador de combustibles no haya percibido ninguna irregularidad.

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