La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) cierra el 2022 con números poco favorables para la industria aceitera, ya que muchas fábricas se vieron obligadas a cerrar sus puertas desde setiembre por varios factores, entre ellos la sequía y la falta de medidas de contención oportunas para paliar la situación. Desde el gremio señalan que pese a que cuentan con perspectivas más positivas para el 2023, en caso de cumplirse los pronósticos de lluvias durante diciembre, no esperan una total mejoría para la industria porque afirman que la competencia sigue siendo desfavorable.

“Si se cumplen los pronósticos iniciales para el campo, la producción de soja podría volver a niveles más cercanos al potencial, que es de alrededor de 10 millones de toneladas, pero esto no asegura una recuperación total para la industria aceitera, ya que las condiciones de competitividad no se han modificado con relación a los últimos años en los que ya se veía una tendencia negativa a pesar de las buenas cosechas”, manifestó Sandra Noguera, gerente general de la Cappro.

Agregó que el camino para que las aceiteras puedan consolidarse en el desarrollo de la cadena de valor es que desde la administración pública se lleven a cabo políticas públicas que generen mejores oportunidades al nivel de otras fábricas extranjeras por la materia prima con la que cuentan y son necesarias para aprovechar su potencial de producción.

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Es necesario mencionar que el gremio espera contar con el apoyo de las autoridades que formarán parte del Gobierno en el 2023, que se interioricen en las debilidades y fortalezas del sector y que fomenten la industrialización del país. En ese sentido, la Cappro también pone en las manos del Estado la posibilidad de incluir un ajuste normativo en la mejoría del rubro, la lucha contra el contrabando a fin de asegurar la producción sustentable. “Pedimos que el próximo gobierno nos otorgue espacios de diálogo para aportar a la construcción de políticas públicas que apunten a promover el desarrollo de toda la cadena de valor de las oleaginosas. Desde la Cappro estamos seguros de que la industrialización de la materia prima agrícola nacional dentro del país es el camino para el desarrollo social y sostenible del Paraguay”, sostuvo Noguera.

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