La inflación se convirtió en una de las mayores preocupaciones en el mundo ante los impactos que genera en todos los sectores de la sociedad. Según análisis de datos proveídos por el Banco Central del Paraguay (BCP) y la Secretaría de Defensa al Consumidor (Sedeco), el rubro de alimentos fue el que mayor encarecimiento presentó, ocasionando incluso la pérdida del poder adquisitivo en un 40% en los últimos 4 años. La semana pasada, el BCP informó que la inflación registraba un nuevo aumento tras la desaceleración que venía experimentando meses previos, ya que se ubicó en noviembre en 0,7%, mientras que la variación interanual ocupó el 8,3%. Señalaron que este repunte se originó a causa del aumento de precios en el sector de alimentos y la energía, llegando hasta el punto de contar con el 56,6% de los productos de la canasta con repuntes.

Según el economista y ex presidente del BCP Carlos Fernández Valdovinos este proceso inflacionario tiene mucho que ver con lo que pasa a nivel global, pero viene relacionado en gran porcentaje a las políticas macroeconómicas adoptadas por el Gobierno durante este periodo. A su criterio, los factores domésticos fueron los que terminaron impactando en el incremento de los precios, derivados específicamente por la política monetaria altamente expansiva y la política fiscal con un nivel de déficit fiscal nunca antes visto. En tanto, desde el 2019 el Gobierno se perdió de lo establecido por la Ley de Responsabilidad Fiscal que exige contar con el máximo de 1,5% del PIB. “Preocupa mucho lo que estuvo ocurriendo recientemente, de nada sirve culpar a todos los factores exógenos cuando hay condiciones domésticas, y si uno ve que lo pasó en el sector de alimentos, el índice general del BCP no refleja lo que pasa con la gente pobre, porque se refiere a la persona promedio acá en gran asunción; en cambio para el más pobre la parte más importante es la de alimentos”, mencionó el especialista.

Dijo que el Índice de Alimentos está muy por encima del índice general por lo que no se refleja el verdadero aumento de precios. En ese sentido, tomó 5 ítems de la canasta de alimentos para demostrar una realidad que se volvió indiscutible para el bolsillo de una gran parte de la población paraguaya. Respecto a los cereales y derivados, desde agosto del 2018 hasta noviembre del año en curso, se observó un aumento de precios en un 35%, mientras para el sector cárnico la suba fue del 34%. Los productos lácteos presentaron aumentos más moderados llegando al 23%, en tanto, los vegetales y las frutas frescas fueron los que mayores impactos recibieron, con 54% y 43%, respectivamente.

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“Estos son números mucho más altos de lo que refleja el índice general del BCP, pero nos posibilita ver el impacto social de la inflación o tratar de entender el malhumor de la sociedad respecto al aumento de precios”, agregó Fernández Valdovinos. Sin lugar a dudas, estos aumentos afectan el poder adquisitivo de las personas por lo que deberán bajar las raciones de sus compras para seguir adquiriendo los mismos productos.

Realizando un análisis sobre las variaciones que sufrieron estos ítems, las personas deberían empezar a comprar en menor volumen alcanzó solo 630 gramos de cereales; 660 gramos de carne; 770 ml de lácteos. Una vez más, los de mayor impacto son los vegetales donde el consumo disminuyó a 470 gramos, mientras que las frutas frescas bajaron en un 57%. “Con esto tenemos una caída del poder adquisitivo que está alrededor del 40% respecto a agosto del año 2018, y ese es un número enorme que no nos damos cuenta porque miramos el IPC general, que es mucho menor. La gente que gasta la mayor parte de su ingreso en alimentos consume un 40% menos y eso es muchísimo”, añadió.

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