La proliferación de negocios que se dedi­can a la venta de pro­ductos de contrabando genera un problema grande a la formalidad del país. Esto no es un negocio de peces chi­cos, sino de peces gordos, con una fuerte logística detrás, señaló el presidente de la Cámara Paraguaya de Super­mercados (Capasu), Alberto Sborovsky.

Enfatizó que están partici­pando en la construcción de una nueva ley contra el con­trabando, que principal­mente buscará un castigo duro que se merecen los que comercializan en este campo.

“No hay dudas que aquí hay una omisión en el control. No podría ingresar la cantidad que ingresa sin que las per­sonas encargadas de contro­lar hagan la vista gorda, y eso es de público conocimiento. La idea es, con un marco legal nuevo, poder achicar la cancha de posibilidades de comercialización de esos productos y aquellos negocios chicos, medianos y gran­des que comercializan el con­trabando, puedan recibir el castigo que se merecen”, dijo en conversación con 1080 AM.

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El empresario agregó que si bien en el semáforo, en las vere­das o en la esquina, y que ya es muy alevoso que se instalen frente a un centro de servicios o supermercados, el principal enemigo es el negocio grande informal que no paga el sala­rio mínimo. Detrás del contra­bando viene toda la informali­dad. El que vende contrabando no le paga el salario mínimo a su funcionario, tampoco un seguro social como el IPS, dijo.

“Con esto, estamos creando un país paralelo que es viable, en el sentido de que no se le cas­tiga a la gente por trabajar en negro. El Estado te da la posi­bilidad de trabajar legal, con RUC, facturas, pago de paten­tes, IPS, entre otros, o también de trabajar en negro, ya que no te cierran ni nada”, manifestó.

A finales de diciembre pasado anunciaron el impulso de una ley especial para combatir y enfrentar el contrabando.

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