­La inversión en infraestruc­tura es clave para el desa­rrollo del país, pero los com­bustibles como los fósiles utilizados en la producción de los materiales de construc­ción son cada vez menos acce­sibles porque muchos están sujetos a precios internacio­nales, a más de generar un mayor impacto en el medio ambiente por utilizar recur­sos naturales.

Es por eso que el Grupo de Investigación en Sistemas Energéticos (GISE), de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (DIP/FP-UNA), plantea una estrategia que pretende la incorporación en un 100% de fuentes de ener­gía sostenible para la produc­ción de cemento en el 2050.

Esto, con base en una investi­gación realizada por el GISE sobre cómo trasformar la industria del cemento para que dependa solo de recursos propios y sea menos conta­minante. Los investigadores alegan que los insumos para la construcción, como la cerá­mica roja y la cal, usan gran cantidad de leña en su proceso de producción, que en su totali­dad proviene de bosques nati­vos o de los desmontes para el cambio del uso del suelo.

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Pero no se trata solamente del origen de la leña, sino de la cantidad necesaria de esta, ya que para fabricar tales insumos para una casa de 45 metros cuadrados se deben usar 8 toneladas de leña, y solo por poner como hipóte­sis, si se decidiera cubrir el déficit habitacional país, sería necesario quemar 25.000 hectáreas de bosque nativo.

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