La economía de Para­guay 2021, tras dos años de shocks, retorna a la senda del cre­cimiento. En este contexto, las perspectivas para el 2021 mejoran. “La recuperación económica más sólida vislum­bra un crecimiento más alto a lo esperado inicialmente. Asimismo, el riesgo más acen­tuado sobre la economía (pan­demia) se disipa gradualmente con el avance de la vacunación (aunque no desaparece)”, de acuerdo a los comentarios de la consultora CPA Ferrere.

Así, se espera que la economía crezca a una tasa del 4,5% en el 2021 y en 4,3% en el 2022 condicionados a los riesgos descriptos anteriormente, menciona CPA. La consul­tora, en su presentación, señala que la actividad eco­nómica está mostrando seña­les alentadoras en la primera mitad del 2021. Por un lado, el PIB del primer trimestre notó de un crecimiento tanto en la comparación interanual (0,6%) y trimestral (1,5% des­estacionalizado), resultado que ubica al PIB por encima de los niveles prepandemia.

ESCENARIO SANITARIO

Mientras que, indicadores adelantados señalan que durante el segundo semes­tre del 2021 la economía con­tinuó creciendo, apuntalada por la demanda externa y las inversiones privadas que compensan la debilidad de algunos rubros del consumo. En ese marco, CPA Ferrere indica que la mejora del esce­nario sanitario refuerza los resultados positivos de la economía.

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El fuerte descenso de casos covid-19 y su reflejo en los indicadores del sistema de salud en conjunto con el rápido avance de la inmuni­zación de la población confi­guran un escenario sanitario más benigno para el segundo semestre. Sin embargo, el rezago en el inicio de la vacu­nación, las nuevas variantes del virus en circulación y la alta dependencia a las dona­ciones como mecanismo de acceso a las vacunas generan incertidumbre respecto a la salida de la crisis sanitaria.

RIESGOS

Por otro lado, alega que la intensificación del fenómeno la niña emerge como riesgo sobre las proyeccio­nes. La prolongada sequía observada impacta de forma directa sobre algunos secto­res productivos. Por un lado, el nivel de los ríos se mantiene en mínimos históricos, con afectación directa a la logís­tica del comercio exterior.

El estrés hídrico representa una amenaza para la próxima campaña agrícola, donde las condiciones del suelo podrían llegar a ser desfavorables para los cultivos. Por último, el sec­tor de la producción de energía eléctrica viene absorbiendo el efecto del clima sobre el cau­dal hídrico, con una sostenida caída en su actividad, compor­tamiento que se mantendría en lo que resta del año.

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