Ante la problemática actual de la pronun­ciada bajante de los ríos Paraguay, y en especial el Paraná, que está atrave­sando por una sequía histó­rica denotada por grandes ban­cos de arena que sobresalen en medio del caudal, sale al paso una serie de medidas que se tendría que asumir como país.

El economista y diplomático paraguayo Rubén Ramírez Lezcano habló con La Nación sobre los aspectos que se deben abordar de forma urgente en torno a la problemática del fenómeno cíclico natural, que se viene arrastrando durante años, ya que luego los costos de reacción son mucho más elevados.

“Hay tres grandes aspectos y claves para asegurar la navega­bilidad, como avanzar e insis­tir con el programa de nave­gación y navegabilidad de la Cuenca del Río de la Plata y de la Hidrovía, establecer un acuerdo plurilateral entre los países afectados, y desarrollar un sistema de transporte mul­timodal”, expresó.

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DISCUSIÓN DE HACE AÑOS

En relación con el primer punto, Ramírez explicó que el programa de navegabilidad del Río de la Plata e Hidrovía se viene discutiendo desde hace años, con la previsión de una serie de inversiones, de modo que el canal funcione 24/7 durante los 365 días del año, ya que actualmente, e incluso sin bajante, la hidrovía funciona hasta las 17:00.

No obstante, hasta el momento no se llegó a un nivel de compromiso por parte de las naciones involu­cradas, tanto Paraguay como los vecinos Argentina, Brasil, Bolivia y Uruguay.

ACUERDO PLURILATERAL

Respecto al acuerdo plurilateral, Rubén Ramírez Lezcano indicó que se debe apuntar a ello de forma conjunta entre los países citados que utilizan la hidrovía y la Cuenca del Río de la Plata, a bien de asegurar el flujo de los ríos, más aún Paraguay, teniendo en cuenta que tiene la tercera mayor flota fluvial del mundo, transportando cargas propias, brasileñas y bolivianas.

Asimismo, el diplomático recomendó apostar a un sistema de transporte multimodal, como alternativa clave, a raíz de los nuevos puentes que se están construyendo para unir a Para­guay con Brasil, así como el Corredor Bioceánico, que permitirán un transporte terrestre fluido. Al igual que un sistema ferroviario para una logística mucho más previsible para un país sin litoral.

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