La incertidumbre hace que las empresas no decidan realizar las inversiones y generar empleos, señalan. La posibilidad de volver nuevamente a una fase cero por 15 días, instalada la semana pasada por el Ministerio de Salud, echó más leña al fuego e incrementó aún más la incertidumbre económica instalada por el aumento de contagios y muertes por covid-19. Esto sumado a la lenta adquisición de las vacunas y el bajo porcentaje de inmunización de la población.

El ministro de Salud, Julio Borba, descartó el miércoles que pidan volver a una cuarentena estricta, pero adelantó que buscarán medidas paliativas para hacer frente a la situación sanitaria actual. Al respecto, economistas consultados por La Nación coinciden en que instalar incertidumbre es lo peor que se puede hacer a la economía, ya que desalienta las inversiones y se interfiere en la reactivación económica del país.

El economista Aníbal Insfrán explicó que no saber cómo serán esas medidas paliativas es lo que genera incertidumbre en la economía y complica el manejo de los negocios y las inversiones. “Cuando más incertidumbre hay, mucho menos son las probabilidades de que puedan haber negocios”, afirmó.

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En ese sentido, Insfrán aseveró que se necesita un marco de referencia para saber cómo se va a actuar en estos casos. “Sabemos que la situación es complicada; entonces, tendríamos que establecer un marco de referencia. Por poner un ejemplo, si las camas de terapias están ocupadas en su totalidad en tal zona, aplicar una cuarentena total en esa zona”, dijo.

“Es la consecuencia más grave

El economista Rubén Ramírez, por su parte, manifestó que la incertidumbre es la consecuencia más grave que se genera al decir que hay posibilidades de volver a un encierro total generalizado. “Tenemos más de 520.000 desempleados, una caída de 0,7% del producto interno bruto, estimada desde enero, que equivale a unos US$ 2.200 millones menos que no se van a sumar al PIB. Hablamos de cifras muy duras, en donde la incertidumbre lo que hace es que los agentes económicos no tomen decisión de inversión, y por sobre todo, de generar empleo, que es lo más urgente”, lamentó.

Sobre ese punto, Ramírez agregó que, además del temor para invertir y generar empleo debido a la incertidumbre, muchas empresas ya enfrentan hoy problemas de solvencia, problemas de crédito y de capacidad de caja operativa.

Ambos economistas coinciden en que, antes de analizar una posible vuelta a fase cero, también se debe analizar el éxito de las demás cuarentenas y si hay capacidad o no de poder hacer cumplir las restricciones establecidas. De lo contrario, la cuarentena sería un perjuicio más para los sectores económicos y sin incidencia sobre la cantidad de contagios y muertes por covid-19.

SIN ACATAMIENTO, NO SE TENDRÁ ÉXITO

El economista y ex ministro de Hacienda, César Barreto, afirmó que la aplicación de la cuarentena será exitosa solo si el acatamiento por parte de la ciudadanía es alta; de lo contrario, solo representaría pérdidas económicas para los sectores que sí respetaron las restricciones, dijo. “La cuarentena va a funcionar si el acatamiento es muy alto, si no será solo pérdidas económicas de aquellos que acatan, pero sin efecto en la reducción de contagios, como ocurrió en Semana Santa”, señaló. El economista no dejó de reconocer que la situación sanitaria está empeorando continuamente, y que esa cuestión no puede ser descuidada, ya que el costo social de la pérdida de vidas humanas es invaluable.

“Sabemos que las cuarentenas tienen costos económicos altos para los sectores afectados y el Estado debe prever una compensación mínima para ellos. Pero como sociedad debemos sopesar los costos invaluables de las vidas que estamos perdiendo versus los costos económicos de no poder trabajar con normalidad. Solo la vacunación masiva de más del 70% de la población va a poder eliminar esta dicotomía”, insistió el economista.

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