A poco más de un mes del pedido que hizo la Cámara Paraguaya de Procesado­res de Oleaginosas y Cerea­les (Cappro) al ministro de Relaciones Exteriores, Fede­rico González, para resolver los problemas que enfrentan los camiones con productos de exportación en la frontera con Brasil, la situación, lejos de superarse, ha empeorado. Las empresas asociadas al gremio que envían aceite de soja al mercado brasileño por vía terrestre reportan que, a la fecha, la fila de camiones para­dos supera las 600 unidades desde hace más de 15 días.

La situación podría empeorar con el feriado del 8 de diciem­bre, pues el ritmo de actividad aduanera se contrae en la vís­pera. La grave situación fue reflejada en el medio brasileño especializado en agronego­cios, Noticias Agrícolas.

“El intenso flujo de importaciones de soja de Paraguay a Brasil ya enfrenta problemas logísticos y hay cerca de 600 camiones detenidos durante casi 15 días en la aduana de Novo Mundo, Mato Grosso do Sul. La carga que salió de Salto del Guairá, en Paraguay, tiene que pasar por el puesto sur de Mato Grosso para que la mercadería sea revisada y sellada y proce­der a Guaíra, en Paraná, a con­tinuación”, señala el medio del vecino país.

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Cappro reconoce que la Canci­llería hizo los esfuerzos y pro­piciaron reuniones para inten­tar solucionar los problemas e insistirá ante las mismas y las del Ministerio de Indus­tria y Comercio para que en forma activa sigan gestio­nando reuniones con todas las demás autoridades nacio­nales que tienen competencia en el tráfico fronterizo y con la Receita Federal para apuntar a destrabar todos los problemas que afectan al tránsito de los productos de exportación en mayor medida.

Pero cree que el Gobierno debe insistir en la normalización del tránsito fronterizo en forma urgente y convertirla en una cuestión de agenda vital para la economía paraguaya debido al impor­tante crecimiento del flujo de productos agrícolas y agroin­dustriales hacia el mercado brasileño; por lo cual, insta a encontrar soluciones per­manentes que no pongan en riesgo los productos de expor­tación, y por ende, a toda la economía del Paraguay.

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