En cuanto a la situación de inclusión finan­ciera con respecto a Paraguay, existen 2,8 millo­nes de billeteras activas y 4,3 millones de cuentas en el sis­tema financiero, con aproxi­madamente 8 mil puntos de acceso, según los datos pro­veídos por el Banco Central del Paraguay (BCP).

Con respecto a transferencias del Sistema de Pagos del Para­guay (Sipap), en octubre del 2020 se realizaron 1,5 millo­nes de operaciones, por un valor de US$ 4.700 millones.

Dados los números en indica­dores como el elevado acceso a teléfonos móviles por parte de la población, o la potencia­lidad en cuanto a personas que perciben salario a tra­vés de una cuenta bancaria y al uso de tarjetas de débito y crédito, ubican a Paraguay en una posición de oportu­nidad real para avanzar en materia de inclusión finan­ciera, concluyeron los inves­tigadores Fernando Lorenzo y Gustavo Viñales, del Cen­tro de Investigaciones Eco­nómicas (Uruguay), durante el Foro Repensar la Inclusión Financiera, realizado el mar­tes 24 de noviembre.

El investigador y ex ministro de Finanzas del Uruguay, Fer­nando Lorenzo, afirmó, ade­más que Paraguay cuenta con plataforma institucio­nal en este sentido, teniendo en cuenta el compromiso del Banco Central del Paraguay, del Ministerio de Hacienda y de otras entidades públicas y privadas con la aplicación de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera.

“En la medida en que el avance de la inclusión finan­ciera pretende ampliar el ejer­cicio de derechos, la utiliza­ción de incentivos explícitos y la adopción de medidas para superar las restricciones de acceso a los servicios finan­cieros adquieren singular importancia”, explicó.

A su vez, sostuvo que el éxito de las estrategias de promo­ción de la inclusión financiera requiere ajustes normativos que aceleren el proceso de cambio, por lo que resulta clave la intervención del Poder Legislativo y de otros actores del sector público que tienen potestades regulatorias. De igual modo, señaló que la dis­ponibilidad de tecnologías adecuadas y eficientes permite que las estrategias de promo­ción de la inclusión financiera puedan avanzar rápidamente.