Paraguay produciría al menos 10 millones de toneladas de soja en el ciclo 2020/2021 y sería similar a los resultados registrados en la zafra anterior, según Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de Producción. “La idea es sembrar la misma cantidad de áreas del 2019 y llegar a las 10 millones de toneladas de producción final para considerar una siembra razonablemente buena.
Está con atrasos la siembra de setiembre por falta de humedad en los suelos, vinieron algunas lluvias hacia el sur. Ahora tenemos arranques puntuales por debajo del promedio ya que se está esperando una lluvia general para imprimir velocidad. Siempre arrancamos esperando que las cosas salgan bien o mejor, ojalá se de porque es fundamental para darle un impulso y ponerle a la economía en una plataforma sólida para que las otras actividades que están con poca dinámica o paralizadas empiezan a reactivarse porque necesitamos mover el conjunto de motores económicos”, dijo.
En cuanto a la falta de lluvias, respondió que este setiembre se mantienen por debajo del promedio. “En octubre esperamos que la situación mejore, aunque en noviembre se visualizan nuevamente pocas lluvias. Los cuellos de botellas van a estar dentro del último trimestre del año, por lo que se precisa de mucha prudencia en el manejo del arranque de la siembra y ajustes en el aspecto agronómico. Estamos dentro del rango de siembra, pero con atrasos aunque sin prejuicios, esperamos más lluvias”, indicó.
Precisó que siguen incorporándose nuevos productores a la cadena, pero una medición más certera se ve en un periodo de 10 años. “Tenemos más de 40.000 fincas dedicadas al cultivo de soja, de las cuales el 23% del área está en fincas de menos de 20 hectáreas. En la zona del Chaco aún es incipiente, están en fase de exploración que producción. Aún no alcanza las 30.000 hectáreas de los 24 millones de hectáreas que tiene la región occidental, pero el rubro sigue creciendo en el país”, dijo.
Expresó que este año se aprendió mucho con la situación compleja que tuvieron los principales ríos. “A pesar de haber mayor producción tuvimos en principio menos exportación por la dificultad de salida por la bajante de agua en los ríos, recién en agosto superamos los niveles del año pasado. De seguro que vamos a tener dificultades hasta enero, febrero, pero a la medida de que llueva bien en las zonas norte del Brasil ayudará a mejorar los niveles del río. Va a ser peleado, esperemos que en la época de cosecha y desalijo estén en medidas razonables”.
Mencionó que dicha situación afecta en los costos. “No se pueden cargar en su totalidad los barcos, afecta en el tiempo del transporte para hacer los mismos trayectos, pero son circunstancias que no podemos manejarlas ya que depende del clima. Este año tuvimos la variante de que Brasil comenzó a comprar soja paraguaya y transportamos un buen volumen vía terrestre, pero tampoco fue fácil por los problemas en la frontera a raíz de la pandemia”, afirmó.
Otro de los objetivos para la próxima cosecha de la soja es conseguir la apertura de nuevos mercados. “Se está trabajando muy bien con Cancillería, tuvimos una reunión con el equipo del Estado que buscan abrir nuevos mercados o reactivas aquellos que tienen casi nulo movimiento. Tenemos prevista una próxima reunión para avanzar hacia los mercados árabes que puede ser un buen destino para diversificar la canasta de mercados activos tanto para rubros tradicionales como no tradicionales”, dijo.
NO A NUEVOS IMPUESTOS
Sobre la posibilidad que se mencionó de generar nuevos impuestos al sector productivo, el titular mencionó que a esta altura hablar de impuesto está fuera. “Hay que tener en cuenta que existe una gestión muy deficiente y contaminada por la corrupción del sector público. El mal humor aumenta y eso hace que cualquier intención de modificar los impuestos generaría una fuerte reacción de todos los sectores y no solo el sojero. Nos parece muy desubicado ya que responde a criterios políticos y no de razonabilidad económica o impulsar el desarrollo del país”, expresó Héctor Cristaldo.
Admitió que el sector en general no está tan impactado por lo que sucede con la moneda norteamericana en el país, pues un alto porcentaje de todos los componentes del rubro ya están dolarizados hace mucho tiempo. La mayor parte de los costos de logística son en dólares. Lo que está en guaraníes son los salarios y el combustible, que también tiene un porcentaje en dólares, así que no hay efectos, aclaró.