Los últimos acontecimientos en materia sanitaria pusieron de manifiesto las severas dificultades en el proceso de la vuelta a la normalidad. Con el retroceso a una fase de “cuarentena total” en el departamento de Alto Paraná, la tensión entre el control sanitario y el bienestar económico/social se recrudece, generando un deterioro de las expectativas respecto a la evolución esperada de la economía. “Esto nos lleva a considerar un posible ajuste a la baja en nuestras estimaciones de actividad así como también una presión adicional sobre el resultado fiscal”, señala la consultora CPA Ferrere. La consultora, recientemente presentó su nueva estimación, donde prevé una retracción de hasta 5% de la economía paraguaya, pero con un rebote de 5,3% para el 2021. 

De acuerdo a la economista de CPA, Patricia Goto, esta recesión en el 2020 será la más profunda desde que existen registros. A pesar de la recuperación en el 2021, el PIB estará por debajo del 2019. En cuanto al argumento de la consultora, resaltan la marcada aceleración en el ritmo de contagio que presiona al sistema de salud. Con el avance de las fases de flexibilización de la cuarentena, los casos positivos de covid- 19 mostraron un incremento sostenido, agudizado con el inicio de la fase 3 de la “cuarentena inteligente”. 

Así, los casos superan los a 4.600, con un promedio diario de 87 casos en julio, muy por encima al promedio de 41 casos por día observado en el mes de junio. El 45,5% de los casos corresponden al departamento de Alto Paraná, seguido del departamento Central (30,1%) y Asunción (12,1%). Con estos últimos datos, el sistema de salud local comienza a mostrar alertas respecto a sus niveles de ocupación de camas, sobre todo en aquellas de Cuidados Intensivos, cuya ocupación llega al 71,5% al 18 de julio. 

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“Alto Paraná es una de las zonas que más resiente del impacto económico de la pandemia. El indicador de reexportaciones, que refleja los niveles de actividad en frontera, ha presentado considerables caídas desde que fueron implementadas las medidas de lockdown, con variaciones interanuales negativas de orden del 95% en abril y del 92% y 87% en mayo y junio, respectivamente, alcanzando niveles históricamente bajos”, menciona CPA Ferrere. 

De esta forma, la alta dependencia de la ciudad al turismo de compra, los elevados niveles de informalidad y fuerte incremento de contagios comunitarios que requieren nuevamente de restricciones desataron la tormenta perfecta para Alto Paraná, de la cual llevaría tiempo y grandes esfuerzos por recomponerla o reconvertirla.

FUERTE PRESIÓN 

Alto Paraná retrocede a fase 0 con excepciones para el comercio. El incremento de los casos positivos de covid-19 en la zona, sumados a las enfermedades respiratorias características de esta época del año, generaron una fuerte presión sobre el sistema de salud en el Este del país, señala la consultora CPA Ferrere. La ocupación de camas de unidades de terapia intensiva (UTI) llega al 92%, mientras que las salas comunes poseen una ocupación del 85%, y la evidencia señala una la alta circulación comunitaria del virus en la zona. Lo anterior ha llevado a las autoridades a reconsiderar las medidas restrictivas de manera a descomprimir el colapso en el sistema de salud. Tal decisión generó el rechazo de la población en general, registrándose movilizaciones en el microcentro de Ciudad del Este, acompañadas de actos de violencia, destrozos y hasta saqueos, quedando en evidencia la tensión social derivada de la decisión de las autoridades. 

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