En momentos en que el Ejecutivo se apresta a entregar el texto del Plan de Reactivación Eco­nómica para su estudio en el Congreso, analistas financie­ros, económicos y economis­tas coinciden en señalar que no es prudente seguir endeu­dando al país. El denominado plan Ñapu'ã Paraguay con­templa unos 2.513 millones de dólares, de los cuales 350 millones de dólares implicará una nueva deuda.

El analista económico Amíl­car Ferreira considera pru­dente no incurrir más en deudas en lo que va del año, dejando esa posibilidad para el 2021, tal como ya lo han sugerido los economistas Santiago Peña y Carlos Fer­nández Valdovinos. “En tér­minos generales, me parece que sería más prudente dejar eso para el año próximo, dado que ya se le dio al Ejecutivo la autorización para los 1.600 millones de dólares y vimos lastimosamente que hubo un manejo poco claro en las lici­taciones”, señala.

Ve con preocupación el nivel de deuda externa y cree que es importante mantener el cre­cimiento del endeudamiento en niveles no tan elevados. “A mí me parecería mejor dejar ya ese endeudamiento para el año próximo, para lo que sería la ejecución del Presu­puesto 2021, a mí me parece que por este año ya se le ha dado suficientes autorizacio­nes para deudas al Ejecutivo. Creo que habría que ser muy prudentes en ese aspecto”, sostiene.

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Sobre el punto, aconseja administrar los recursos ya disponibles, al alertar sobre la peligrosidad de asumir más cuentas. Se vuelve peligroso el aumento adicional de deu­das para este año, advierte. Entiende que el Ejecutivo debe dar señales de austeri­dad en medio de esta crisis sanitaria con fuerte repercu­sión económica y social. “Es algo que la sociedad también está esperando. En lo que se refiere a gastos corrientes, creo que se hace necesario también acompañar desde el Estado con mayores medidas de austeridad”, destaca.

En tanto que el analista financiero Stan Canova, antes que abogar por un endeudamiento, las autori­dades nacionales deberían dar a conocer los niveles de ejecución presupuestaria de las diferentes instituciones del Estado. Recomienda una reprogramación presupues­taria que posibilite redirec­cionar los recursos dispo­nibles a los planes ideados para la reactivación econó­mica en la pospandemia. “Me gustaría que algún diputado o senador primero diga cuánto del Presupuesto General de la Nación 2020 se ejecutó y te apuesto que ni siquiera el 50% por todo este tema del covid-19, que no se gastó en combustible, que no se gastó en protocolo, no se gastó en un viaje”, señala.

Asegura que el real desangre para el Estado son las licitacio­nes. “La Ley 2051/03 de la Ley de Contrataciones Públicas, en ningún artículo habla de los límites de precios o los precios que el Estado debe aceptar versus los precios de mercado. Al omitir el Estado fácilmente puede comprar un contene­dor que cuesta G. 40 millones por G. 400 millones, cosa que ya pasó con (Juan Ernesto) Villamayor con el tema de las comisarías móviles. Ese des­angre fenomenal y catastró­fico está permitido y es legal, lastimosamente, porque la misma Ley de Contratacio­nes Públicas dice eso”, añade. “Yo entiendo que Benigno López y su equipo necesi­tan plata para pagar salarios, porque este préstamo de US$ 1.600 millones fue a salario. O sea está en quiebre técnico el Estado”, asegura.

NECESIDAD DEL CONTROL DE GASTOS

A criterio del economista Aníbal Insfrán, sacar adelante al país sin endeudarse será difícil. Sin embargo, el profesional pone énfasis en la necesidad de establecer el control del gasto. “No veo mucha alternativa para el financiamiento que no sea vía algún tipo de endeudamiento. O sea, sería poco creíble decir: vamos a aumentar impuestos, no vas a poder; sería poco creí­ble decir: bajemos todos los gastos, total el problema es ingreso luego siempre”, fundamenta. Insfrán insiste en la necesidad de centrarse en la calidad y control del gasto. “Pienso que esa es la clave acá del proceso. Más que de la fuente de financiamiento, el énfasis debe estar en asegurar lo que se use, en lo que se va a usar. Que se use bien, que se hagan los controles, dada la escasez, especialmente, de recursos que hay, entonces tenemos que usar­los bien”, puntualiza.

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