La zona de la ruta Maris­cal Estigarribia, en Fernando de la Mora, caracterizada por ser un área sumamente comercial, des­tella una serie de carteles de “Alquilo salón” o “Se alquila”, que reflejan la retracción eco­nómica por la que se atraviesa en el marco de la crisis sani­taria por el Covid-19. Si bien, muchos de los salones que bus­can ser arrendados ya están con los carteles desde hace algunos meses, los propieta­rios o encargados aseguran que con la crisis actual mucho menos están pudiendo alqui­lar, por la falta de circulante de dinero que implican la cua­rentena y el confinamiento, a más del cierre de la mayoría de los comercios que aún no ingresan en la fase 1 de la cua­rentena inteligente.

El circuito comercial de la ruta Mcal. Estigarribia ya fue golpeado durante con la obra fallida del metrobús, que hasta ahora sigue irrumpiendo con recapados de nunca acabar y como si no bastara, desde marzo los comercios se vie­ron obligados a cerrar por la cuarentena requerida, con los que muchos comercian­tes no pueden sostenerse y tuvieron que cerrar tiendas, dejando una serie de salo­nes desalquilados y golpea de nuevo al sector de alquileres de inmuebles y afines.

Afectados denuncian el cobro excesivo del consumo de energía del salón que está desalquilado por parte de la ANDE, que no realiza las verificaciones de consumo.FOTO:CHRISTIAN MEZA

Cogor­nos Emprendimientos Inmo­biliarios, que cuenta con dos salones que esperan ser alqui­lados desde hace tres meses en la zona, frente a un supermer­cado. El encargado de la inmo­biliaria, Nicolás Martínez, dijo que no se están pudiendo con­cretar los contratos de alqui­ler. Señala que antes ya era difícil y que con la pandemia se acentuó aún más la crisis. “Los salones fueron reciente­mente remodelados, son para negocios y de repente llama la gente a consultar, pero solo dicen que volverán a llamar”, expresó.

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Otro de los casos de salones comerciales de “Se alquila” es el del Sr. Alfredo Duarte, dedicado al rubro hace más de 10 años. Aseveró que están fuertemente golpeados, pues muchos viven del negocio del alquiler. “La mala situación ya venía desde el año pasado, ahora empeoró. En mi caso tuve que cambiar drástica­mente el estilo de vida y ajus­tar los cinturones al máximo para poder subsistir, por­que no tenemos la misma entrada”, mencionó. Señaló que si surge algún interesado, busca acogerse al beneficio del 40% de la Ley de Emergen­cia y que si bien, con algunos de los que siguen arrendando sí lo aplica, sería insostenible alquilar muy por debajo del presupuesto que tiene desti­nado, a lo que se suman tam­bién los altos impuestos de la zona. Denunció el cobro del consumo de energía del salón que está desalquilado por parte de la Ande, que pese a que no realizan las verifica­ciones de consumo, realizan el promedio del último mes de consumo anterior, por lo que al consultar en la App le figura un monto de G. 1.500.000 en un salón desocupado, sostuvo indignado.

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