El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desembolsó US$ 90 millones del programa Apoyo a la Agenda de Transparencia en Paraguay, a fin de mejorar la eficiencia y transparencia del uso de los recursos públicos.

Este desembolso es el primero de varios que hará el BID, para ayudar a Paraguay con recursos de libre disponibilidad, para enfrentar ágilmente la crisis ocasionada por la COVID-19 y aumentar la capacidad de respuesta del sistema de salud ante la emergencia sanitaria.

El informe indica que sumado a este desembolso, el Grupo BID apoya a los paraguayos y paraguayas a través de donaciones a esfuerzos liderados por organizaciones de la sociedad civil, para mitigar los efectos del desempleo en poblaciones vulnerables y la compra de insumos necesarios para el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social; así como también, con recursos no reembolsables dirigidos a emprendedores y creativos que buscan soluciones a los múltiples desafíos generados por la pandemia. Afirma que el BID está en contacto permanente con el Gobierno de Paraguay y ofrece su apoyo técnico y financiero para enfrentar la crisis sanitaria, fortalecer el sistema de salud y promover la recuperación económica del país, al mismo tiempo de explorar otras opciones para hacer frente a la emergencia.

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El BID también lazó ayer el Informe Macroeconómico 2020 que analiza escenarios de crecimiento en medio de la pandemia del coronavirus. Afirma que América Latina y el Caribe sufrirá una fuerte reducción de su crecimiento, de entre 1,8% y 5,5% del PIB en el 2020, debido al impacto de la pandemia del coronavirus. El daño económico se extenderá en el 2021 y el 2022, a menos que los gobiernos implementen programas bien enfocados, para amortiguar los impactos, según el reporte. El rango de porcentajes se basa en 4 escenarios que toman en cuenta diferentes shocks externos. El reporte incluye recomendaciones de políticas fiscales, monetarias y financieras para países de cara al mayor desafío económico desde la Gran Depresión de 1929. En la Gran Recesión del 2009, la región sufrió una caída de su PIB del 2%, pero pudo recuperarse y crecer al 6% en el 2010, gracias a un renovado acceso a los mercados de capitales, solidez fiscal y altos precios de materias primas.

El reto en esta ocasión va a ser encontrar la mezcla correcta de políticas que aseguren una rápida recuperación.“Nuestra región va a sufrir un shock de proporciones históricas”, dijo el economista jefe del BID, Eric Parrado. Afirmó que los países necesitan salvar vidas, asegurando el distanciamiento social y dando los recursos necesarios a sus sectores de salud. Medidas complementarias y temporales pueden apoyar a las economías durante el cierre parcial y organizado.

“Necesitamos preservar el corazón productivo de nuestras economías, para aumentar las oportunidades de una recuperación rápida. Medidas que van en esa dirección incluyen proveer ayuda a las personas más vulnerables que han perdido su fuente de ingreso, ayudar y proveer incentivos a las empresas, para que se mantengan a flote y eviten la separación de sus empleados, y la entrega de liquidez a los bancos, para que puedan ser parte de la solución”, agregó Parrado.

El reporte incluye 4 escenarios de shocks externos: moderado, fuerte, severo y extremo. El escenario severo implicaría una pérdida del 12,2% del PIB de la región a lo largo de 3 años, y el escenario extremo se traduciría en una pérdida de 14,4%. El uso de escenarios en lugar de un solo número de proyección económica es para ayudar a los formuladores de política a que naveguen mejor las profundas incertidumbres por la naturaleza inédita de la pandemia.

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