La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indicó en su último informe que los efectos de la crisis por la pandemia del coronavirus provocarán una caída del PIB de al menos un -1,8% y no descarta que llegue a ser de entre un -3% y un -4%, o incluso mayor. A su juicio, las perspectivas económicas son desesperanzadoras para los próximos meses. También señaló que esta inestabilidad tendrá efectos económicos directos en los sistemas de salud regionales “cuya infraestructura es insuficiente para enfrentar los problemas generados por la pandemia” y las tasas de mortalidad, y que habrá efectos indirectos en la oferta y la demanda económicas.
En enero pasado, antes de la llegada del virus en la región, Cepal estimaba una expansión de 3% para Paraguay este año, que cambió, aunque no precisaron todavía número. Sin embargo, ya esperaba una contracción de la zona, pues las proyecciones de crecimiento para el 2020 eran que se mantendrían bajas, en torno al 1,3% para la región en su conjunto.
Entre estos los puntos álgidos, el informe señaló aspectos claves: Como la disminución de la actividad económica de los principales socios comerciales y sus efectos. La caída de los precios de los productos primarios, donde viene a afectar mucho a Paraguay. Además, la interrupción de las cadenas globales de valor; la menor demanda de servicios de turismo.
Cepal mencionó también la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales, así como de la caída de las exportaciones. Otra previsión significativa es el valor de las exportaciones regionales que, se calcula, disminuirá al menos en un 10,7% por el descenso de los precios y “la contracción en la demanda agregada global”.
Asimismo, hay que tener en cuenta un factor adicional que puede agravar las desigualdades entre países y grupos de ingresos, y que se acentuó con la propagación del virus: el uso de internet y las tecnologías digitales, de acuerdo a lo publicado por el portal analitica.com. Los países de la región tienen capacidades productivas poco sofisticadas y fragmentadas a nivel regional, por lo que se requiere escalar las capacidades nacionales y regionales, principalmente en la producción y provisión de bienes de primera necesidad. Para ello, es imperativo impulsar el comercio intrarregional, agrega el informe.
EMPLEO Y POBREZA
El estudio indicó que “dadas las desigualdades económicas y sociales de la región, los efectos del desempleo afectarán de manera desproporcionada a los pobres y a los estratos vulnerables de ingresos medios”. Apuntó la posibilidad de que la crisis aumente el empleo informal, que ya era del 53,1% en el 2016, y que las familias más pobres envíen a sus hijos a trabajar, incrementando las tasas de trabajo infantil y de baja o nula escolaridad.