• POR ANGELO PALACIOS
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  • www.angelopalacios.com
  • Economía por la UNA. Maestría en Banca por la UCNW de Gran Bretaña y Negocios en Henley Business School.

El domingo pasado escribí una nota sobre la necesidad de iniciar en forma inme­diata una solidaridad en cascada. Para alegría ini­cial y de todos los paragua­yos empezó bien el esfuerzo, pero quedó por el camino. Me permito copiar de nuevo el enlace para refrescar y porque considero necesa­rio insistir en forma muy urgente sobre estos temas que deseo profundamente que llegue o siga llegando a los tomadores claves de decisión. Tenemos una oportunidad histórica de ser grandes y ejemplo para el mundo, nuestro Para­guay está en términos de números macroeconómicos mucho mejor, pero mucho mejor que varios países del mundo. https://angelopa­lacios.com/2020/03/29/covid-19-es-tiempo-de-so­lidaridad-real-lide­rar-con-el-ejemplo-des­de-el-gobierno-public-lana­cionpy/.

Lamentablemente, durante la semana decisio­nes importantes se han quedado atascadas en dos lugares fundamentales. Organismos del Estado y sistema financiero, los 2 lugares donde todo debe empezar a girar en forma muy rápida para dinamizar todo. Tuvimos por ejemplo los anuncios de reducción de los gastos de los organis­mos del Estado equivalente a unos US$ 52 millones al año. Notar que esto suena mucho, pero si lo ponemos en proporción, eso es sola­mente el 0,4% del Presu­puesto 2020 de US$ 13.000 millones. En otras palabras, es equivalente a que le pida­mos un esfuerzo a una per­sona que gana G. 5.000.000 al mes y nos cuente como gran logro que consiguió ahorrar G. 20.000 al mes (0,4% de G. 5.000.000).

ORGANISMOS DEL ESTADO - LO HECHO AÚN NO ALCANZA

La propuesta planteada que me permito repetir es hacer el ejercicio que hacen muchas empre­sas, y de hecho ya lo están haciendo, que es reducir en forma general TODOS sus gastos de forma pro­porcional. Repito, si logra­mos que los organismos del Estado hagan un “mínimo esfuerzo”, calculando por ejemplo solo un 10% de reducción de gastos (sobre US$ 13.000 millones), ten­dremos otros US$ 1.300 millones, lo cual sumado a los US$ 1.700 millones anunciados en la Ley de Emergencia para paliar la pandemia, ya tendríamos US$ 3.000 millones (US$ 1.700 millones de deuda nueva + US$ 1.300 millo­nes de ahorros). Como hace cualquier familia ante una enfermedad grave que atra­viesa un familiar, toma préstamos, vende su auto, vende su casa y corta gastos superfluos, eso mismo debe ocurrir a nivel de todo país, ya está ocurriendo en las empresas, pero DEBE ocu­rrir en los organismos del Estado.

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Estamos, de verdad, ante algo similar a una “Econo­mía de Guerra”, y esto no lo digo yo, lo dice la misma Cepal, un organismo que entiendo varios colegas siguen https://www.bbc.com/mundo/noticias-ame­rica-latina-52048856. Cepal es la Comisión Eco­nómica para América Latina y el Caribe. De ver­dad, si no se logra aumen­tar e implementar de forma urgente el apoyo a los sectores más vulnera­bles, estaremos en mayo­res problemas. Ahora es el momento, y es incorrecto lo indicado por algunos legis­ladores de que “no se deben tomar decisiones apresu­radas”. Miren, si alguien en tu familia tiene una enfer­medad grave, no se puede decir eso. Se vende lo que se tiene, todos se achi­can y se apoyan. Si eso no ocurre, tendremos muer­tes por motivos sanitarios y también fallecimientos por diversas razones como fruto de la recesión que viene a continuación.

Las empresas están detenién­dose, los empleados tienen temor natural de salir a producir y los consumido­res tendrán temor de salir. Es el momento de decisio­nes urgentes, sería inacep­table que el Congreso, todos los organismos del Estado y los gremios priva­dos no estén sesionando al menos de forma remota con toda la tecnología ya dis­ponible. Estamos ante una emergencia sanitaria y eco­nómica.

De esta manera, si toma­mos entonces estos US$ 3.000 millones menciona­dos más arriba (eso equi­vale a 7,5% de la Producción 2019 de Paraguay –US$ 3.000 millones dividido US$ 40.000 = 7,5%). Y 7,5% de 12 meses = aprox. 1 mes del PIB. En otras pala­bras, una reducción del 10% será inclusive insufi­ciente. Debemos en forma urgente acordar o forzar un mayor esfuerzo desde el más alto nivel y en forma masiva en todo el Presu­puesto de Gastos 2020, que recordemos es de G. 83.000.000.000.000 (lo que equivale a US$ 13.000 millones).

Demasiado mucho dinero hay en temas superfluos cuando esta­mos ante una economía de guerra. Pueden darse cuenta, solo sumando y restando, que lo aprobado es insuficiente. Sabemos además que la recupera­ción empieza recién en 3 y 6 meses si todo va bien, o sea prácticamente hasta finales del año. Ahora existe potes­tad legal para cortar gastos superfluos, nuevos decretos deben seguir saliendo y el Senado debe seguir sesio­nando hasta lograr antes de fin de abril un acuerdo para ahorrar al menos un 30% en el presupuesto, solamente en gastos super­fluos. Calcular: 30% de US$ 13.000 millones = US$ 3.900 millones de ahorro en superfluos + US$ 1.700 millones de deuda nueva = US$ 5.600 millones = 14% del PIB y equivalente a unos 2 meses de paro total en la producción o 4 a 6 meses de paro parcial o escalonado. Esto solo con medidas fiscales.

SISTEMA FINANCIERO - DEBE SER TODO MÁS RÁPIDO Y CON NUEVAS MEDIDAS

Ahora veremos medidas monetarias adicionales para el sistema financiero y que por ende bajarían en cascada al sector real pro­ductivo de la economía. Recordemos lo dicho que el sector financiero es como la “sangre” que lleva “oxí­geno” a todos los “órganos del cuerpo productivo”.

Entiéndase la compara­ción. Debemos reconocer que estaríamos así ante una coyuntura de inflación ante una situación como la actual, para luego, al reactivarse la economía, el Banco Central podrá poner de vuelta todos los meca­nismos ortodoxos para recuperar e ir volviendo a la anterior meta de infla­ción. Notar el contenido del último comunicado del BCP referente a las últi­mas medidas. https://www. bcp.gov.py/minutas-de-re­uniones-del-cpm-i444.

La minuta de la reunión extraordinaria de marzo dice: entre otras cosas… “El CPM considera que existe espacio para distender aún más el perfil de la política monetaria. Una política monetaria más laxa contri­buirá a mitigar el impacto económico negativo del coronavirus sobre la eco­nomía local, sin que ello implique un riesgo para el cumplimiento de la meta de inflación de 4% anual en el horizonte relevante de pro­yección”. Recordemos que también la meta del déficit fiscal estaba determinada; sin embargo, la situación obligó a un cambio tempo­ral. Considero que llegó el momento que nuestro sistema financiero entre en “modo atómico”, como dicen algunos escritores norteamericanos refirién­dose a la Reserva Federal, para que los beneficios lle­guen en forma inmediata y rápida a todos los sectores de la economía.

Así, repasando, durante la semana el Banco Cen­tral ya ha tomado cons­ciencia de lo complejo del momento y ha puesto a disposición del sistema financiero un paquete de liquidez por un importe también similar de US$ 1.500 millones. Sumando la liberación de los enca­jes legales y una línea de liquidez para recompras (o repos) de títulos públi­cos. Y esto fue, en forma adicional al permiso para renovar, refinanciar y rees­tructurar todos los crédi­tos afectados por la pan­demia, en otras palabras todos los créditos, porque todos los sectores están en una situación nunca antes experimentada. Son US$ 15.000 millones en créditos que deberán ser eventual­mente renovados y refinan­ciados. Hasta ahí no hay todavía ningún problema muy serio porque no “hace falta dinero nuevo” para refinanciar, es solamente un asiento contable y todo continúa.

Sin embargo, ese “dinero nuevo” de US$ 1.500 millo­nes anunciado por el BCP será necesario para dar nuevo efectivo a las empre­sas para continuar su ciclo antes del corte de ventas y también para eventual­mente atender retiros de depósitos de empresas y personas que recurrirán a sus ahorros para finan­ciar la caída en ventas y honrar parcialmente unos cuantos meses de sueldo de su personal clave. En lo personal, creo que el pre­supuesto y monto final de apoyo del BCP deberá final­mente ser aumentado por­que serán dos frentes que deben ser atendidos. (Nue­vos créditos para financiar la recuperación y eventua­les ahorros utilizados por empresas para autofinan­ciarse durante la pande­mia o simple uso de aho­rros para solventar gastos familiares). Estoy seguro que los técnicos del BCP y de los gremios de bancos, financieras y otras entida­des de crédito ya estarán trabajando sobre este esce­nario de contingencia. El momento en donde existe alto riesgo de atascarse en cuando las entidades que otorgan créditos, prefieran NO otorgar nuevos crédi­tos, por el natural temor a que dicho crédito no pueda ser pagado y recor­dar que también está bajo discreción de los bancos y financieras la tasa de inte­rés a cobrar. Como indica­ron esta semana las auto­ridades de la AFD sobre parte de los fondos para las micro, pequeñas y media­nas empresas: “Ellos –la AFD– pone a disposición los créditos, pero luego el proceso de decisión pasa para cada entidad finan­ciera”…

Estamos entonces quizá ante la necesidad de un cambio de “paradigmas” (modelos o patrones de comportamiento general­mente aceptados). Un para­digma muy fuerte, de hecho es una teoría que está en todos los libros de econo­mía y finanzas, y que sigue siendo totalmente válido. En condiciones normales es lo referente a la expli­cación que la tasa de inte­rés para un crédito nunca puede ser cero porque debe contemplar la prima por el plazo, la prima por el riesgo, el costo de los depó­sitos, el costo administra­tivo. Sin embargo, como medida 100% excepcio­nal e histórica, durante los próximos 3 o 6 meses, el Banco Central, para apo­yar esta economía de gue­rra, podría indicar que todos los nuevos desembol­sos y los créditos vigentes devengarán una tasa de 0% durante 3 o 6 meses, siendo esto fondeado por el BCP en forma similar a como la nueva ley permite finan­ciar al sector público, “sin intereses”. Notar el Art. 33 de la Ley de Emergencia, en el cual se autoriza a que el BCP financie al Ministerio de Hacienda a tasa de inte­rés 0% (cero). https://www. mtess.gov.py/documentos/ ley-65242020. Esto podría replicarse para el sector privado con nuevas norma­tivas de carácter excepcio­nal.

Si hay acuerdo en dar este apoyo –poco ortodoxo– en forma temporal para TODA la economía (incluyendo todos los devengamientos de créditos vigentes a tasa de interés 0% a todos los clientes del sistema finan­ciero durante la espera, no solo suspender el pago mínimo o las cuotas), ten­dremos una situación en la que el beneficio llegaría en forma inmediata a TODA la economía que ya se está resintiendo, algunos más, otros menos, pero buscar un mecanismo de selec­ción –a quién sí y a quién no– implica una burocra­cia muy fuerte que hará todo muy lento y prácti­camente imposible. Por ello, para calcular el even­tual costo, tomemos como muestra solamente el sis­tema bancario y financiero. Bancos y financieras gene­raron en todo el 2019 un total de US$ 1.700 millo­nes en intereses cobrados. Si asumimos ese monto constante para el 2020 y el BCP, bancos y financie­ras acuerdan un deven­gamiento al 0% durante 3 meses, tendría un costo de US$ 425 millones y si es por 6 meses, tendría un costo de US$ 850 millones. Sería como un “período de gracia sin intereses”, financiado por el BCP con mecanis­mos legales a ser definidos de modo muy excepcional y en forma urgente. Es una situación de economía de guerra.

De esta manera, esto sí llegaría en forma directa como un oxígeno para todos los sectores de la eco­nomía. Se pueden ver de forma inmediata los meca­nismos legales para que eso sea posible. Esta semana, aprovechando que los ban­cos no abren al público, es el momento para sesionar a nivel público y privado, tomar decisiones y anun­ciarlas esta semana antes del lunes 13 de abril. Vea­mos, por ejemplo, la com­posición de la cartera del sistema bancario que reci­biría este apoyo. Una mues­tra al 31 de diciembre del 2019. Todos estos sectores necesitarán apoyo, ya sea de esta forma recomendada poco ortodoxa pero necesa­ria, u otra a ser definida.

Algunos pueden correctamente decir que otorgar un período de gracia –sin intereses– sería un premio a los que están endeudados y un castigo a los que han invertido el propio capital en las empresas. 100% de acuerdo en tiempos normales. Pero esto no es un tiempo normal, es tiempo de solidaridad extrema. La situación ahora sí lo amerita, como ha indicado un líder católico en una transmisión a todo el mundo: “Todos estamos en el mismo barco”… “Ahora no vale el término sálvese quien pueda”.

Quizá no sea autoridad para todos los lectores, pero considero bastante sensato lo dicho. Debemos trabajar todos juntos para enfrentar esta situación de economía de guerra. Gracias a muchos años anteriores de buena disciplina macroeconómica, hoy el Paraguay está aún poco endeudado en comparación con el resto del mundo y todas estas medidas las considero factibles. Con las mismas, que ruego sean evaluadas por las autoridades y los gremios, se puede minimizar aún más el impacto económico y entrar 100% en modo solidario. Es la única forma.

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