El Fondo Monetario Internacional brinda recetas para los bancos centrales ante esta situación crítica por el COVID-19. Al igual que los expertos en salud pública, los supervisores bancarios están respondiendo a una situación extraordinaria y que evoluciona con rapidez. El Banco Central del Paraguay (BCP) en este caso redujo a 2,25% su tasa monetaria e impuso varias medidas de contención y apoyo al mercado.

Los supervisores deben combinar las herramientas con las que cuentan para hacer frente a desastres naturales, eventos de riesgo operativo y episodios de tensión bancaria. Desde su lugar estratégico internacional, y basándose en la experiencia acumulada, el FMI puede ofrecer orientación adicional sobre el camino a seguir: como el de no cambiar las reglas, utilizar las reservas y fomentar los créditos.

Afirma que los supervisores no deben esconder las pérdidas. Los bancos, los inversionistas, los accionistas e incluso, los contribuyentes tienen que asumirlas. La transparencia contribuye a preparar a todas las partes interesadas; las sorpresas solo empeoran sus respuestas, como quedó demostrado durante la crisis del 2008. Otro de los puntos es el de “aclarar el tratamiento regulatorio de las medidas de apoyo”. Aclarar por adelantado cómo deben tratar los bancos y los reguladores las medidas fiscales, entre otras, las medidas dirigidas directamente a los prestatarios, las garantías de crédito, la suspensión de pagos, los subsidios y las transferencias directas contribuiría a la transparencia general.

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Para el FMI también se debe fortalecer la comunicación. Fomentar un diálogo continuo entre los supervisores y los bancos, sobre todo en esta situación sin precedentes de trabajo a distancia con compañeros, clientes y supervisores. Normalmente, las exigencias de información en ámbitos fundamentales, como el nivel de liquidez y los saldos acreedores, aumentan durante una crisis, pero dadas las dificultades operativas, podría tener sentido aplazar otras exigencias de información menos esenciales para el análisis de la salud financiera, señala el FMI.

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