Los trabajos del futuro o el futuro del trabajo son temas muy abordados últimamente, de modo a entender qué depara a las organizaciones y a las profesiones en el campo laboral, y lo primero que la gente piensa al hablar del futuro del trabajo son los términos inteligencia artificial, robots y automatización, según escribió Leticia Gasca, fundadora de Skills Agility Lab; una escuela y laboratorio educativo para el desarrollo de habilidades del siglo 2, en el blog del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Pero tales conceptos no son los únicos elementos, asegura, ya que el futuro del trabajo está condicionado también a otros factores sociales como lo son el envejecimiento de la población, el cambio climático, y la migración, que también tendrán un gran impacto para los próximos años.
La interrogante actual es si las empresas están preparadas o en conocimiento de cómo integrar y combinar todas las fuerzas mencionadas, al igual que las políticas de Estado.
“La tecnología, el envejecimiento de la población, el cambio climático y la migración cambiarán el mundo del trabajo como lo conocemos, pero no son necesariamente malas noticias.
Estamos viviendo un momento histórico que abre la oportunidad de reinventarnos varias veces a lo largo de la vida, ya sea para seguir trabajando al jubilarse, porque nos tocó empezar de nuevo en otro país o porque un desastre natural o un robot hicieron que perdiéramos el empleo”, se expresa Gasca en el artículo.
La demografía será la gran tendencia que acompañará a la tecnología en nuestra región en lo que se conoce como la cuarta revolución industrial, indicó con respecto al envejecimiento de la población.
En tanto que el cambio climático ya está impactando los mercados laborales de América Latina y el Caribe, ya sea por las variaciones en la temperatura, por el aumento del nivel del mar o como consecuencia de eventos climáticos adversos. Influye además con regulaciones y políticas destinadas a combatir el cambio climático, los bonos verdes, los impuestos ecológicos y las políticas de reducción de emisiones que sin duda serán parte.
Por último, una migración laboral bien gestionada puede generar oportunidades tanto para los países de destino y de origen, como para los migrantes y sus familias. Pero para lograrlo será necesario facilitar la portabilidad de habilidades, es decir, que los países de destino puedan reconocer, desarrollar y actualizar las habilidades de los migrantes.