El sector ganadero inició el año con una noticia muy positiva que representó el repunte del hato bovino luego de cuatro años, pero las inundaciones cambiaron todo el panorama y actualmente este segmento vive una coyuntura crítica. Se esperan consecuencias negativas y una de ellas será la retracción de la población ganadera, según estimó Luis Villasanti, presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP).
Los datos de la primera vacunación de este año dieron como resultado un hato ganadero nacional de 13,7 millones de cabezas, que representó un crecimiento del 2%; no obstante, los problemas actuales del sector pecuario imposibilitarán seguir con esta racha e indefectiblemente mermarán de nuevo el hato.
Villasanti explicó que la ganadería sufre actualmente una catástrofe y los campos están inundados, los caminos están intransitables y se dificulta el movimiento de ganado. La producción sufrirá las consecuencias, ya que habrá pérdida de terneros, menor preñez, la tasa de procreo se reducirá y se producirá una inmensa pérdida de kilos de los animales, explicó el titular del gremio ganadero.
Villasanti destacó que es categórico que afectará al volumen del hato ganadero y ante este panorama se tendrá que hacer un buen trabajo técnico y científico para que el bajón no sea muy grande. Financieramente se están buscando medidas y con el Banco Central del Paraguay (BCP) se trabaja en el refinanciamiento de las deudas de los productores, pero sin pérdida de categoría. En cuanto a la mortandad de animales no se tiene aún un informe oficial y comunicó que después de la vacunación se van a tener los datos precisos. Respecto a las exportaciones, destacó que están siendo resentidas por los bajos precios; sin embargo, sigue habiendo una buena demanda por el producto.
AGRICULTURA
En lo que respecta a la agricultura, la situación está también muy complicada porque en la cosecha sojera de verano se dio una triple combinación negativa, costos altos, menos productividad y precios bajos, manifestó Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP). Las pérdidas estimadas hablan de unos US$ 1.340 millones que dejarán de ingresar en el sector de la soja.
El año pasado, la producción fue de 10,26 millones de toneladas y este año bajó a 7,85 millones de toneladas. En cuanto al precio, el año pasado el productor recibía por encima de US$ 340 la tonelada y este año está a un nivel de US$ 265 la tonelada. En el primer cuatrimestre del año ya se reportó una merma de US$ 350 millones, indicó.
Un año malo en la cosecha es un mal año para toda la economía porque toda la cadena se resiente, afectando a los sectores del comercio, servicios, transporte, maquinarias, insumos, puertos, entre otros, expresó el productor. Manifestó que se necesita trabajar en dos frentes; con la gente que perdió su capital operativo y la que tiene ya refinanciación anterior de deudas.
El objetivo fundamental tiene que ser generar las condiciones para que los productores puedan seguir trabajando porque si dejan de sembrar, no van a poder hacer frente a sus compromisos financieros y no se recuperarán, destacó Cristaldo.
“No haremos condonación”
Ante la situación que vive actualmente gran parte de los pequeños productores y empresas dedicadas al sector agrícola, el Banco Nacional de Fomento (BNF) aclara que existe flexibilizaciones en las cuotas de los compromisos, pero que definitivamente no cederán ante pedidos de condonación de sus deudas, según el gerente general de la entidad bancaria, Gustavo Mora.
Señaló que este un sistema de reprogramación de ciertos préstamos otorgados a personas físicas y/o jurídicas que consisten en la prolongación de las cuotas o tasas más bajas de tal manera estas puedan honrar los compromisos asumidos. Así también la refinanciación de los compromisos no significará una observación en la calificación que tenga cada caso. “No podemos salir de las exigencias del mercado ya que tenemos controles estrictos sobre los préstamos que otorgamos”, manifestó.
“Mover la economía llevará su tiempo”
El sector de la construcción puede reactivar la economía, pero eso no se logra de manera inmediata ya que lleva su tiempo y el factor climático incide en la ejecución de las obras, señaló el presidente de la Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco), Ing. José Luis Heisecke.
“Sabemos por lo que está pasando el sector ganadero y agrícola, por un momento difícil, creo que el Gobierno apuesta al sector de la construcción para mover la economía”, afirmó.
Señaló que como constructor puede afirmar que los resultados, en dar una mayor ritmo a la economía, no se logra en poco tiempo y que los resultados se verá a corto plazo. Agregó que las condiciones climatológicas impiden acelerar ese proceso de ejecución, además de las inundaciones que se registran a lo largo del río Paraguay afectan a varias obras viales.