Por Armando Giménez Larrosa, periodista, armando.gimenez@gruponacion.com.py

Las tarjetas de crédito en Paraguay pasan actualmente por una situación difícil, tras afrontar una ley que prácticamente acabó con su uso, principalmente hacia la base de la pirámides de consumidores. Hoy afrontan varios desafíos y conflictos, como el reclamo de los comerciantes de que sufren el cobro de comisiones altas por el uso, según denunciaron. El caso ya está en negociación con la procesadora Bancard.

Tras el anuncio de que la Asociación de Restaurantes del Paraguay (ARPY), de que no aceptarían el pago con tarjetas, sobre todo las de Visa, el 6 y el 7 de abril, por la alta comisión, el banquero Beltrán Macchi, de la Asociación de Bancos, afirmó que Bancard negocia y trabaja con el sector para resolver el problema lo antes posible. Afirmó que si de registrarse ese paro, será negativo para el cliente que a la hora de pagar, no tendrá esa opción, además será contraproducente para el comercio, que ya registra caída en la economía.

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Por su parte, el presidente de la ARPY, Néstor Filártiga, confirmó que la “medida” está en “stand by” por el momento, a raíz de que siguen en negociación.

El mercado creció en los últimos 2 años principalmente por las compras de extranjeros en el mercado local y las de paraguayos en el exterior. También las entidades financieras realizaron promociones específicas a fin de reactivar el uso y las ventas en los comercios locales, que hasta abril o mayo del 2018 no sentían la caída de las ventas debido a la gran presencia de brasileños y argentinos comprando, afirmó el superintendente de Banca Personal de Itaú, José Brítez. Sin embargo, esto cambió considerablemente luego de la devaluación de la moneda de ambos países.

“El desafío del sector es demostrar, sin fanatismo, que la Ley de Tarjetas tuvo un impacto inverso al esperado, ya que una masa importante de personas que estaban bancarizadas salieron del sistema, cayendo en el sector menos formal y con costos de financiamiento mucho más elevados, además de perderse las masivas promociones con descuentos y cuotas sin intereses”, especificó. Por su parte, el Estado, creo que dejó de recaudar una parte de los impuestos a través de las retenciones que tienen con este medio de pago y, lógicamente las entidades financieras perdimos una masa de clientes que a las tasas reguladas ya no eran sujetos de créditos por la probabilidad de pérdida, agregó.

“Con la mirada solo de Itaú, te puedo comentar que antes de la ley, el 43% de la deuda financiada era en cuotas sin intereses y que iban hasta 24 meses de plazo para los sectores de línea blanca y viajes, y la tasa promedio de interés de la cartera era del 27,7% anual, y no la tasa publicada del 53% anual. Hoy estos mismos clientes pagan un costo total, con otros financistas, en torno al 70% u 80%”, manifestó.

Ante el caso de conflicto por las tasas cobradas a los comercios, Brítez aclaró que las comisiones que se cobran por este medio de pago están dentro de los estándares de la región, por lo tanto, no son elevados tal como algunos sectores lo posicionan. Además, este medio le permite hoy al comercio generar más ventas por la facilidad del mismo medio (línea de crédito en la tarjeta de crédito y promociones), reducir el costo de transporte de caudales o riesgos de estar transportando en vehículos propios para depositar en entidades financieras. “Tampoco ven que las ventas que ellos generan con un pago en un plazo no mayor a 48 horas hay una entidad financiera emisora de la tarjeta que lo está financiando y que ante el impago, la pérdida queda con esa entidad”, expresó.

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