El sector terciario de la población ocupada por sexo, lo lideran las mujeres con un 78% de participación, mientras que solo el 51% de los hombres participan en este sector. Cabe resaltar que el 26% de la población ocupada en el sector secundario corresponde a los hombres, mientras que en una menor proporción, con 8%, corresponde a las mujeres, señala un análisis realizado por la consultora MF Economía. Así también, los hombres tienen una participación mayor en el sector primario, es decir 23%, mayor que el de las mujeres, con un 14% de participación.
La participación de la mujer en las subcategorías del sector terciario es mayor que la de los hombres, con un 39,2% en actividades correspondientes a servicios comunales, sociales y personales (enseñanza en educación escolar básica, media y superior, particular, servicio doméstico, peluquería, entre otros) y con el 30,5% en las subcategorías de comercio, restaurantes y hoteles.
Un dato que puede sorprender es la brecha salarial entre hombres y mujeres que es mucho más profunda entre los funcionarios públicos. Es decir, en promedio, las mujeres perciben aproximadamente G. 1.000.000 menos mensualmente en el sector público; sin embargo, ganan G. 100.000 menos en promedio en el sector privado.
Si las mujeres muestran una mayor formación académica, esto no se transmite necesariamente a los ingresos, ya que los hombres en iguales condiciones siguen obteniendo mayores ingresos. Sin embargo, los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares Continua del 2018 muestran algunos resultados bastante auspiciosos para las mujeres.
Al tener en cuenta la participación de la población ocupada asalariada, se puede observar que las mujeres perciben mayores ingresos que los hombres, específicamente en los segmentos de mayores ingresos. Se puede afirmar que la mujer gana mejor siempre y cuando se observe un rango de ingresos mayor a 1,5 salarios mínimos.
La consultora concluye que los datos expuestos muestran una mayor participación de la mujer en la economía paraguaya y la tendencia es creciente, debido a que las mismas reúnen las condiciones que demanda el exigente mercado laboral. Aunque existen brechas y desafíos para disminuir las desigualdades con relación a los hombres, la intervención de las mujeres se convirtió en pieza clave en el crecimiento económico de Paraguay.