El Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) presentó un informe con los desafíos y las formas para medir el sector informal de Paraguay, así como los datos. Los analistas Michael Pisani y Fernando Ovando ofrecen unas breves consideraciones sobre cómo aproximarse a la economía informal y la forma de encontrar una metodología simplificada de medición de estas economías.
La medición del sector informal es un proceso naturalmente difícil, cualquiera sea el contexto donde se realiza. Varios instrumentos son utilizados para esta medición, desde simples suposiciones pasando por estimaciones y hasta el uso de proxies o mecanismos representativos del fenómeno, mencionan. Sin embargo, los analistas se preguntan qué es lo que se quiere medir: ¿El número de la población económicamente activa involucrada en el sector informal?, o ¿el valor total de las transacciones económicas informales en un país?
El proceso de medición se complica aún más cuando se observan actividades económicas que simultáneamente operan tanto en el sector formal como informal. Así, por ejemplo, las operaciones básicas de un negocio como las ventas de bienes o servicios pueden hacerse en parte formalmente, desde el punto de vista contable-fiscal, como informalmente, es decir sin ser pasibles de tributos.
La pregunta que surge inmediatamente es por qué entonces se debe insistir en medir la informalidad desde el momento en que no existe un método científico exacto y apropiado para hacerlo. La respuesta es que este hecho no es una razón suficiente para abandonar el desafío que implica esta medición. Todavía hay mucho que aprender sobre la informalidad a partir de estudios concretos, agregan.
En el caso de Paraguay, la institución responsable de encuestar, calcular e informar sobre la informalidad es la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) a través de las Encuestas Permanentes de Hogares (EPH). Se considera que el 65,2% de la población económicamente activa no rural se encontraba en el sector informal en el 2017.