Las marcas notorias son las que, pese a que no estén registradas, cuentan con derecho a presentar oposición a una solicitud posterior sea nacional o comunitaria, por que la primera está protegida por el el Artículo 6 bis del Convenio de París, para la protección de la propiedad industrial.
Las marcas notoriamente conocidas están protegidas, no tanto respecto al riesgo de confusión de productos idénticos o similares, sino para evitar el aprovechamiento indebido de la reputación de la marca, señalan los organizadores desde la Asociación Paraguaya de Agentes de la Propiedad Intelectual.
El uruguayo Martín Pitaluga, experto en marcas notorias y miembro del Comité de Antipiratería, quien estuvo presente ayer en el IX Seminario Internacional de Propiedad Intelectual, quien disertó y alegó que se encuentra debidamente desarrollado en toda América Latina, donde en mayor o menor medida las marcas notorias gozan de una debida protección legal.
“El tema de las marcas notorias desde hace ya muchos años se volvió relevante, en materia de propiedad intelectual, ya no solo en le región sino también en el mundo. Es así que la gran mayoría de las leyes locales de marcas de los países de la región lo incorporaron y las que no, se apoyan en el Convenio de París, a fin de otorgar protección legal a la marca notoria”, mencionó.
Explicó que el propósito de identificar a una marca como notoria es la de poder otorgarle protección aún cuando no se encuentre registrada en el país en cuestión y a la vez brindar herramientas más eficientes para combatir los registros de marcas que se realizan basados en la mala fe, con el único objetivo de obtener un beneficio económico y/o comercial en perjuicio del real propietario de la marca.
Las marcas de fábrica o de comercio notoriamente conocidas gozan de protección en la mayoría de los países contra los signos que se consideren reproducción, imitación o traducción de dichas marcas, siempre y cuando corran el riesgo de crear confusión al público. Otro de los puntos desarrollados fue el de protección de datos, que fue abordado por la colombiana Juanita Acosta.