COPANU SA, empresa armadora integrante del grupo Compañía Marítima Paraguaya SA, iniciará las acciones correspondientes para una demanda contra la Dirección Nacional de Transporte Fluvial y Marítimo y otra dependiente del Ministerio de Transporte y la Prefectura General Naval, instituciones que reglamentan sobre aspectos de transporte en aguas internacionales de las embarcaciones de bandera paraguaya.
Roberto Bosch, titular de la empresa naviera, explicó que la situación se da luego de que una embarcación con bandera paraguaya que contaba con productos de exportaciones fuera demorada por cuatro días y forzada a que prácticos argentinos suban al buque paraguayo.
El empresario paraguayo señaló que la actividad manejada por el personal argentino requiere de un costo que es absorbido por la firma paraguaya, cuyo valor se aproxima a los US$ 80.000, lo que es considerado como pérdida por parte de la empresa afectada. "Seguramente tendremos algunas consecuencias, ya que no podremos cumplir con contratos asumidos", manifestó el naviero.
Bosch comentó que existe un amparo vigente que impide que prácticos del vecino país suban a las embarcaciones paraguayas. Sin embargo, el mismo no es cumplido. A nivel bilateral rige el Tratado de Navegación, vigente desde el año 1967, el cual establece la libre navegación por los ríos Paraguay, Paraná y de la Plata, para los buques argentinos y paraguayos, de cualquier tipo, con o sin propulsión propia, de cualquier tonelaje, cualquiera fuera su fuerza motriz, en igualdad de condiciones.
OTROS CASOS
A mediados del presente año, en el Uruguay fueron retenidos aproximadamente 1.000 contenedores de exportación como de importación. El hecho se produjo en el puerto de Montevideo durante una semana. La situación se inició cuando el Sindicato Único de Trabajadores del Mar de Uruguay impidió la actividad paraguaya en dicha terminal.
El motivo fue que supuestamente los marinos paraguayos no tenían la suficiente capacitación para ejercer sus respectivas funciones. El pasado 10 de julio, la Argentina implementó nuevas reglamentaciones dirigidas a las cargas paraguayas para los transbordos en el puerto de Buenos Aires, lo que generó disconformidad de las embarcaciones paraguayas.