Basa Capital en su informe elaborado por el economista Wildo González indicó que el comportamiento de la inflación mensual del mes de agosto registró 0,07 % m/m, lo cual estuvo significativamente por debajo de las expectativas del mercado que anticipaban 0,2 % m/m.

“Este resultado sorpresivo no se explica por componentes volátiles, sino por el comportamiento excepcional de la inflación subyacente (IPCSAE), que alcanzó 0,00 % mensual por segundo mes consecutivo, muy por debajo de sus promedios históricos y perfil estacional”, detalló el informe.

Asimismo, detallaron que este componente, crucial para las decisiones de política monetaria por su mayor sensibilidad a las acciones del Banco Central, mostró una persistencia inusualmente baja que escapa a las proyecciones de modelos tradicionales.

La inflación interanual se ubicó en 4,58 %, mientras que la inflación subyacente (SAE) alcanzó 3,5 % anual, prácticamente en línea con el nuevo rango meta de la banca matriz. Sin embargo, este alineamiento obedeció más a factores coyunturales, especialmente en la inflación de bienes sin alimentos (-0,92 % mensual), que aparentemente reflejan el traspaso directo de la caída del tipo de cambio a los precios al consumidor, más que un ajuste estructural hacia la nueva meta inflacionaria.

“Este escenario plantea un delicado balance de riesgos para el Banco Central: mantener la restricción monetaria para alinear gradualmente la inflación con la meta versus un contexto internacional de mayor incertidumbre y condiciones financieras más restrictivas”, mencionaron.

La persistencia de la caída del tipo de cambio y sus efectos no lineales sobre los precios importados podrían crear espacio para ajustes en la política monetaria, según señalaron, especialmente considerando las expectativas de reducciones más intensas en las tasas de la FED.

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Implicaciones en la TPM y conclusiones

En el informe se explica que el comportamiento reciente de la inflación, caracterizado por resultados sistemáticamente por debajo de las expectativas y la aparente efectividad del traspaso de la caída del tipo de cambio a los precios, sugiere la presencia de dinámicas no lineales en la formación de precios que los modelos tradicionales no capturan adecuadamente.

Esto quita presión al Banco Central y abre la posibilidad de considerar ajustes en la política monetaria”, especialmente ante un entorno externo donde las reducciones de tasas de la FED podrían ser más agresivas de lo inicialmente previsto.

En este contexto, agregaron que no sería descartable que el BCP reduzca su Tasa de Política Monetaria (TPM), siguiendo el patrón típico de los bancos centrales emergentes de acompañar los movimientos de la FED para mantener diferenciales de tasas y evitar apreciaciones excesivas que afecten la competitividad exportadora.

“Si bien una reducción en 2025 no es lo más probable, el primer trimestre de 2026 emerge como una ventana más factible para este ajuste”, finalizaron.

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