El pollo ya no se limita a ser una opción accesible en la mesa familiar y menos solo una alternativa de proteína, ya que en su actualidad presenta un crecimiento importante y un potencial para ejercer el liderazgo a nivel regional. En este escenario, Pollos Don Juan se impone atendiendo al 20 % del mercado interno.

El crecimiento de la avicultura, marcado por el auge de la soja y el maíz, materias primas abundantes en el país y fundamentales para sostener la cadena productiva, posiciona al sector en un sitial privilegiado de oportunidades de crecimiento. Así lo entiende Héctor Segovia, gerente comercial de Pollos Don Juan.

“El sector avícola en Paraguay creció al ritmo de la producción de soja y maíz abundante en el campo paraguayo en las últimas décadas. Nuestra empresa tuvo la fortuna y el mérito de formar parte de este progreso de la producción agropecuaria paraguaya. El pollo, por su bajo costo, carne saludable y bajo impacto ambiental, está llamado a ser el sector líder global en la producción de proteína animal”, afirmó.

Héctor Segovia, gerente comercial de Pollos Don Juan, destacó que la firma atiende al 20 % del mercado y apunta a continuar por la senda del crecimiento. Foto: Gentileza

Según Segovia, Paraguay tiene un margen para multiplicar su consumo per cápita de pollo, actualmente situado entre unos 25 a 30 kilos anuales, aún por debajo de los 48 a 50 kilos que se consumen anualmente en Brasil y Argentina. El crecimiento del sector, de acuerdo con el gerente, vendrá de la mano de la formalización del sector, al igual que con una política de reducción del contrabando.

“El incremento en la demanda interna por carne de pollo nos desafía cotidianamente a crecer acorde con las necesidades del consumidor nacional. Los países vecinos registran consumos de pollo en el orden de los 48 a 50 kilos per cápita por año. Nosotros estamos avanzando en la misma dirección, hoy podemos hablar de un consumo entre 25 a 30 kilos per cápita por año, si bien no tenemos el número exacto debido al consumo de pollo de contrabando que, al ser informal, no se registra para nuestras autoridades”, mencionó.

Pero detrás de las estadísticas, hay una cadena de valor que refleja cuánto aporta la avicultura a la economía paraguaya. Desde la importación del material genético, pasando por la incubación y crianza, hasta el procesamiento industrial y la distribución en más de diez ciudades, Pollos Don Juan articula a granjeros, frigoríficos, transportistas, puntos de venta y servicios digitales. Solo en empleos directos la empresa ocupa a 750 personas, pero el impacto indirecto se multiplica a miles de familias.

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“El proceso de la producción de pollo arranca para nosotros con la producción de las abuelas que proveen el material genético importado para las gallinas y gallos criados en Paraguay que luego nos permiten producir los huevos fértiles que se transforman, previo trabajo de la incubadora, en los pollos que criamos en nuestras granjas. Los granjeros a su vez juegan un rol clave aportando tecnología y mano de obra para el servicio de alojamiento y crianza de los pollos que luego van a los frigoríficos del país”, detalló.

Igualmente, Segovia destacó el impacto que las sucursales de la compañía genera en las distintas ciudades en donde se asientan, sea con trabajo directo e indirecto y generando competencia.

“Aparte de las localidades que nos adoptaron y donde tenemos sucursales propias como Minga Guazú, Cambyretá, Coronel Oviedo, Asunción,Luque, Limpio, San Lorenzo, Ñemby, Villa Elisa, en las cuales participamos activamente en la creación de una sociedad mejor”, afirmó el gerente.

El frigorícico de Pollos Don Juan cuenta con los más altos estándares de seguridad biológica, con tecnología de punta y personal altamente capacitado. Foto: Gentileza

En cuanto a los frigoríficos, resaltó que su sede en Capiatá y su planta en Itá se desempeñan con los más altos estándares de seguridad biológica, con tecnología de punta y personal altamente capacitado, por lo que brindan un producto acorde a las exigencias del mercado y los requisitos sanitarios. Además, cuentan con una de las plantas de tratamiento de aguas más avanzadas del sector, que garantiza sustentabilidad en el proceso productivo.

“También aplicamos tecnología de punta a los procesos de tratamiento de aguas que resultan fundamentales para garantizar la sustentabilidad de la producción de carne de pollo. Nuestra planta de tratamiento, líder en el rubro, refleja nuestro compromiso con el medio ambiente”, enfatizó Segovia.

Esa combinación entre eficiencia productiva, sustentabilidad e impacto social define la hoja de ruta de una empresa que apunta a seguir liderando el mercado en nuestro país, con una firme política de constante innovación.

El ritmo de la producción avícola nos obliga a mantenernos al día con la tecnología, tanto en los parámetros de salud y sanidad animal, bioseguridad y calidad de la carne avícola y procesamientos del frigorífico y en toda nuestra cadena logística. Esto nos demanda procesos de capacitación permanente, tanto con profesionales locales como internacionales, que instalan nuevos conocimientos en nuestra gente”, dijo Segovia.

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