Créditos en moneda nacional totalizaron G. 99 billones en julio
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Los créditos totales en moneda nacional sumaron G. 99 billones al cierre de julio, según el último informe de indicadores financieros del Banco Central del Paraguay (BCP). De dicha cifra, el 29,37 % corresponde a créditos de consumo, seguido de créditos para el comercio al por mayor con 11,72 % de participación y servicios, con el 11,42 % del total.
Los créditos en moneda nacional continuaron creciendo en julio, con una variación mensual del 0,22 % respecto a junio y 18,02 % versus julio del año pasado, de acuerdo con la banca matriz. Al séptimo mes, el total de los créditos en moneda nacional ascendió a G. 99,01 billones.
En detalle, los préstamos para consumo fueron los que lideran la lista de participación del total, con G. 29,08 billones, que representan un 29,37 % del total. Este segmento tuvo un crecimiento mensual 3,41 % y en términos interanuales, un 23,37 % frente a julio de 2024.
Sigue en segundo lugar los préstamos para el comercio al por mayor, que sumó en julio G. 11,6 billones, que representan el 11,72 % del total. Según el BCP, los préstamos a este sector decrecieron respecto al mes anterior en un 3,10 %, pero son superiores a los registrados en julio de 2024 en un 7,61 %.
Los créditos para servicios se ubican terceros en el podio con G. 11,3 billones, cifra que se constituye en el 11,42 % del total. Estos créditos aumentaron levemente en términos mensuales, con una variación del 0,94 %. Comparado con julio de 2024, los créditos crecieron 41,5 %.
Los préstamos para la industria sumaron G. 7,9 billones, que forman parte del total en un 8,05 %. Los créditos para este sector cayeron 3,74 % entre junio y julio, pero son superiores en 8,69 % a la cantidad de julio del año pasado.
El comercio al por menor sumó en total G. 7,8 billones en créditos en julio, cifra que dentro del total representa el 7,96 %. Los créditos para este sector se redujeron 1,65 % frente al mes anterior, sin embargo, versus julio de 2024, se observó un incremento del 5,01 %.
La ganadería, por su parte, tuvo créditos por G. 7,39 billones en julio, que representan el 7,47 % del total de créditos en moneda nacional. Frente al mes anterior, se observó una disminución del -0,82%, pero superior en un 2,87 % comparado con julio de 2024.
Casi 30.000 fábricas componen la fuerza industrial del país
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El músculo industrial del país está compuesto por 29.700 fábricas, de las cuales, casi el 50 % se concentra en rubros de fabricación de productos de metal, confección de prendas de vestir y elaboración de productos alimenticios, según el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
En el Día de la Industria, el MIC destacó que el sector industrial paraguayo tuvo un crecimiento constante del 3,14 %, según datos del Banco Central del Paraguay (BCP). Este aumento, afirman, se debe principalmente a la llegada de más fábricas al territorio nacional.
Señala que, si bien las industrias nacionales se encuentran tradicionalmente basadas en productos agropecuarios, como frigoríficos, lácteos y biocombustibles, en los últimos años aumentó la presencia de manufacturas más industrializadas, como ensamblajes, confecciones y textiles, plásticos, productos metalúrgicos, entre otros. Este crecimiento se dio principalmente gracias al régimen de incentivos de la maquila.
Actualmente, Paraguay cuenta con 29.771 industrias manufactureras en todo el país, según la Dirección General de Empresas y Establecimientos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Del total, el 46,2 % de las actividades económicas se concentran en los rubros de fabricación de productos de metal, confección de prendas de vestir y elaboración de productos alimenticios.
El 67 % de las fábricas se concentran en Central, Asunción y Alto Paraná. El departamento Central alberga unas 11.888 fábricas; Asunción, 4.139 y Alto Paraná, 3.870. Además, se encuentran numerosas empresas en Itapúa y Caaguazú.
En menor medida, se encuentran la fabricación de muebles, actividades de impresión y servicios de apoyo, producción de madera, fabricación de artículos de paja, mantenimiento, reparación e instalación de máquinas y equipos, entre otras actividades económicas.
De acuerdo con el BCP, la participación del sector manufacturero en el producto interno bruto (PIB) nacional en 2024 fue del 19 %, que equivale a USD 8.548 millones. En comparación con 2023, el sector registró un crecimiento nominal de USD 170 millones, evidenciando el dinamismo de la industria nacional, según el MIC.
En términos de exportaciones, los datos de la banca matriz indican que en 2024 la industria envió productos al exterior por USD 5.692 millones. Las inversiones en el sector alcanzaron un total de USD 2.862 millones.
El sector financiero pagó más interés por ahorros en julio
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Los bancos y financieras cerraron julio pagando más por los ahorros de sus clientes. De acuerdo con el último informe de indicadores financieros del Banco Central del Paraguay (BCP), las tasas pasivas cerraron el séptimo mes con un promedio 6,89 %, y con los certificados de depósitos de ahorro (CDA) registrando la mayor variación mensual e interanual.
El informe del BCP señala que al cierre del séptimo mes del año, la liquidez del sistema bancario cerró en 30,05 %, cifra menor al 32,61 % del mismo periodo de 2024. Los depósitos, por su parte, sumaron, entre moneda nacional y extranjera, G. 179,5 billones.
Frente a estos datos se contrasta que las tasas de interés pasivas en moneda nacional, es decir, lo que paga el sector financiero por el dinero depositado por sus clientes, tuvo un promedio de 6,89 % al cierre de julio, lo que implica un aumento de 1,46 puntos porcentuales frente a junio, y 2,18 puntos porcentuales comparado con el mismo periodo de 2024.
En detalle, los CDA fueron los que mayor variación mensual e interanual tuvieron, cerrando julio con un promedio de 10,28 %. Este porcentaje implica un salto de 2,12 puntos porcentuales frente al 8,16 % de junio, y 5,51 puntos porcentuales comparando con el 7,77 % de tasa de julio de 2024.
La tasa pasiva para depósitos a la vista también subieron levemente, cerrando julio con un promedio de 1,35 %, lo que se traduce en un incremento de 0,04 puntos porcentuales frente a junio pasado y 0,39 puntos porcentuales comparado con julio del año anterior.
Los depósitos a plazo contradijeron la tendencia mostrando reducción tanto mensuales como interanuales. Al cierre de julio, la tasa pasiva promedio fue del 6,88 %, lo que implica una reducción de 0,05 puntos porcentuales frente al 6,93 % de tasa de junio pasado. Comparando con la tasa de 7,71 % de julio de 2024, la disminución fue de 0,83 puntos porcentuales.
En moneda extranjera la tasa pasiva promedio fue de 4,20 %, superior a la de junio en 0,05 puntos porcentuales, y en 0,46 puntos porcentuales a la tasa observada en el mismo periodo del año pasado, según detalla el informe del BCP.
Mientras en sectores como el agro el retorno del capital puede darse en plazos relativamente cortos, la industria necesita un esquema distinto, capaz de comprender los riesgos y plazos que enfrenta, sostuvo Marco Riquelme, viceministro de Industria. Foto: Archivo
Sistema financiero rígido limita el desarrollo industrial, advierte viceministro
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El viceministro de Industria, Marco Riquelme, expuso el modelo de financiamiento vigente en Paraguay, y señaló que la falta de flexibilidad constituye uno de los mayores inhibidores para el crecimiento industrial.
Según explicó, mientras en sectores como el comercio y el agro el retorno de capital puede darse en plazos relativamente cortos, la industria necesita un esquema distinto, capaz de comprender los riesgos y plazos que enfrenta.
“En Paraguay la plata no es paciente, el dinero no espera”, manifestó Riquelme a Unicanal. Dijo que esa lógica puede funcionar en operaciones comerciales o agroexportadoras ligadas a commodities, donde los ciclos de compra y venta permiten al empresario liquidar créditos en cuestión de meses.
Pero en el caso industrial, los flujos de caja son más variables y dependen tanto del tamaño del mercado como del tipo de producto. “Pretender aplicar las mismas reglas al sector fabril es desconocer la naturaleza del negocio”, remarcó.
La consecuencia de esta falta de comprensión es clara, según el viceministro, ya que proyectos que podrían generar valor agregado y empleos terminan frenados por falta de condiciones financieras. Sostuvo que se necesita con urgencia un sistema más sensible a la dinámica del sector privado, con departamentos especializados en evaluar riesgos y en diseñar productos adaptados a las distintas etapas de inversión.
“Un emprendedor debería poder presentar su flujo de caja y que el banco tenga capacidad de analizarlo en profundidad, de sensibilizar los riesgos que está asumiendo y acompañarlo en el proceso, en vez de exigir un retorno inmediato”, subrayó.
El viceministro advirtió que esta limitación se vuelve aún más evidente en un país que tradicionalmente invierte para abastecer al mercado interno. Esa lógica, dijo, condena a las industrias a operar en pequeña escala, con baja productividad y escasa competitividad regional. Sin financiamiento a mediano y largo plazo, es difícil dar el salto hacia niveles de producción que permitan aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece el mercado regional e internacional.
Energías renovables y su potencial para transformar la industria paraguaya
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Las energías renovables se posicionan hoy como una potencial solución de cara al desafío que enfrenta la matriz energética del Paraguay de cara al 2030. Con una cantidad importante de recursos naturales que de forma sostenible pueden aprovecharse, el país puede suministrar tanto a la industria como a la ciudadanía de energía a costo competitivo y previsible, según visualizan desde la Asociación Paraguaya de Energías Renovables (APER).
Víctor Giménez, vicepresidente de APER, manifestó que Paraguay debe pasar de ser un exportador de energía eléctrica a bajo costo a utilizar toda su disponibilidad para impulsar la industria e incluso potenciar la matriz energética con fuentes renovables a través de numerosos recursos naturales con los que cuenta.
El desarrollo de las energías renovables en Paraguay, fuera de las hidroeléctricas, aún es lenta, según Giménez, pero con un enorme potencial que puede ser alcanzado con un marco jurídico que abra las puertas a inversiones importantes. Con tal visión mencionó que se fundó APER, con un grupo de pequeñas empresas que impulsaban soluciones solares en comunidades sin acceso a la red eléctrica.
Con el tiempo, el organismo se transformó en un actor de referencia, articulando al sector privado, instituciones públicas y el Congreso en torno a un desafío común: diversificar y modernizar la matriz energética nacional.
De acuerdo con Giménez, existen iniciativas privadas que ya utilizan alternativas energéticas renovables como la energía solar, eólica, biomasa reforestable y biogás. Agregó que las empresas ya comienzan a ser conscientes de las ventajas que aportan las energías alternativas renovables, por lo que subrayó el potencial para la industria.
“Hoy, las iniciativas privadas muestran lo que podría ser el futuro del sector. Una colonia menonita montó un parque solar de 5 megawatts para abastecer a su comunidad. Un frigorífico incorporó paneles para reducir su dependencia de la ANDE. Ingenios azucareros transforman residuos en biogás y electricidad, mientras plantas de chips de madera en el interior generan calor y energía a partir de biomas”, destacó.
El ingeniero Giménez mencionó que, según el Atlas Hidroenergético de Itaipú, se estima que Paraguay puede desarrollar unos 800 megawatts adicionales con pequeñas centrales hidroeléctricas, cuya inversión total se estima en unos USD 3.000 millones. Señaló que el desarrollo de estos proyectos no solo beneficiarían a la matriz energética sino que dinamizarían la economía y los empleos.
“No es solamente construir la presa, acceso de camino, habitacional, el desarrollo que va a traer esta industria de la energía, es algo que realmente no estamos sabiendo medir y no estamos sabiendo aprovechar”, destacó.
Pero más allá del recurso hídrico, el vicepresidente de APER destacó que el país cuenta con una radiación solar “envidiable” que puede generar energía de forma previsible y óptima, teniendo en cuenta las características del verano paraguayo.
El potencial, señaló, es suficiente como para convertir techos de instituciones públicas en verdaderas subestaciones urbanas. A esto se suma la abundancia de biomasa en el sector forestal y agroindustrial, y un potencial aún incipiente en energía eólica.
Oportunidades para mantener sello verde
En la visión de la APER, Paraguay puede convertirse en un polo regional de energías limpias, capitalizando su sello verde para atraer inversiones y acceder a financiamiento climático internacional, pero el desafío ya no se limita a lo técnico, sino que incluye también el ámbito regulatorio e incluso cultural.
“Hoy en día hay una conciencia verde en cada uno. La juventud está apoyando mucho eso. En la eficiencia, había mencionado también que aparte de la energía renovable, usar inteligentemente nuestra energía”, reflexionó.
Víctor Giménez, vicepresidente de la APER, manifestó que el potencial de las energías renovables del país pueden hacer frente a la creciente necesidad de la industria y la ciudadanía. Foto: Néstor Soto
Las represas hidroeléctricas del país, si bien siguen siendo un símbolo de energía limpia y renovable que posiciona al país a nivel internacional, enfrenta desafíos cada vez más importantes debido a las sequías, por lo que la diversificación se va imponiendo como una necesidad estratégica.
La dependencia casi total de las represas se sintió con fuerza durante las sequías recientes, que redujeron la producción hidroeléctrica y encendieron la alerta sobre la fragilidad del sistema. Diversificar no es un lujo, sino una necesidad estratégica.
En ese sentido, Giménez señaló que el costo de energía podría ser mucho mayor en un futuro con un saturado sistema eléctrico, por lo que la inclusión de nuevas fuentes de energía renovables es necesaria para garantizar el suministro y mantener el estatus de país con energía verde.
Si bien reconoció que nuevas fuentes de energía renovable podrían implicar un incremento del precio acostumbrado, manifestó que se tiene que tener en cuenta que se pagaría por un servicio ininterrumpido, previsible y sostenible.
La energía renovable en el futuro
Paraguay tiene un desafío a corto plazo: en 2030 se pronostica una saturación del sistema eléctrico. En ese sentido, Giménez auguró que el papel de las energías renovables será protagónico en el próximo quinquenio para soportar el desarrollo industrial que requiere previsibilidad frente a la volatilidad climática.
“Va a abaratar costos y va a garantizar el servicio de energía. Es determinante, de base esencial, y muchas de esas empresas ya se dieron cuenta, por eso están iniciando ese proceso, de laboratorio o de probar, y se dan cuenta que es exitoso, es válido y es financieramente interesante”, manifestó.
¿Qué es necesario para avanzar?
De acuerdo con Giménez, es imperativo avanzar en términos legislativos y reglamentarios hacia una ley que permita que la ANDE no se limite a adquirir la energía más barata, para entonces atraer más capitales para explotar energías renovables.
“Vender energía hoy a la ANDE no representa un negocio. La ANDE hoy está regida por la Ley 2.051, que le exige comprar la más barata, y ninguna de estas energías va a competir con una energía ya amortizada como Itaipú”, sostuvo.
En ese sentido, insistió en que se debe generar conciencia sobre la necesidad de que se debe pagar un poco más por la energía y así establecer un mercado más competitivo e innovador.
“Tenemos que realmente concienciarnos que todo lo nuevo va a costar más, pero va a pagar una garantía, no va a tener cortes, no va a tener una calidad de energía”, sostuvo.