El mercado internacional de granos enfrenta un escenario de incertidumbre tras el anuncio del gobierno de Estados Unidos, que solicitó a China aumentar la compra de soja y maíz. Analistas señalan que, debido al desfase entre hemisferios, estas medidas recién podrían reflejarse en el próximo ciclo agrícola.
Mientras el hemisferio norte cosecha, el sur se encuentra en plena siembra, generando expectativas distintas sobre la oferta y la demanda global. Al respecto, Larissa Barboza, analista de Stonex, indicó a la 1000 AM: “La oferta de soja aún supera a la demanda, lo que mantiene presión a la baja en los precios. En maíz, la demanda global podría superar la producción, pero el mercado se mantiene relativamente equilibrado”.
Según datos del USDA (Ministerio de Agricultura de EEUU), la producción global de maíz alcanzará 1.200 millones de toneladas. Brasil, por su parte, proyecta una cosecha récord de 131 millones de toneladas, mientras que Paraguay espera una zafriña de poco más de 5 millones de toneladas.
“Comparativamente, nuestra producción es modesta frente a Brasil y Estados Unidos, pero estamos consolidando la región oriental y expandiendo la Occidental, que se convierte en la nueva frontera agrícola”, explicó Barboza.
Clima
El escenario climático también influye en la planificación agrícola. La analista dijo que se anticipa un fenómeno de La Niña moderado, con lluvias esperadas en septiembre y períodos más secos entre noviembre y diciembre.
Además, se prevé una buena recuperación de humedad en enero y febrero, coincidiendo con el pico del verano en Paraguay, lo que permitirá iniciar la siembra de la zafriña bajo condiciones favorables. “En el Alto Paraná, las lluvias recientes ya están aportando humedad al suelo, y se espera que esta tendencia se mantenga en las próximas semanas”, dijo.
El panorama global, con oferta superior a la demanda, mantiene la presión sobre los precios de los granos. Por eso, productores y analistas seguirán atentos a la evolución del clima y a las decisiones de Estados Unidos y China, cuyo impacto podría redefinir el comercio internacional en los próximos ciclos agrícolas.