Los productores y el Gobierno se encuentran en pleno debate acerca del momento en el que se debe dejar de vacunar contra la fiebre aftosa y dar el salto al máximo estatus sanitario: el de país libre de aftosa sin vacunación.

En general, tanto el sector productivo como el industrial y el Gobierno están de acuerdo en avanzar en el estatus, pero discrepan en términos de plazos.

El sector público considera que las condiciones están dadas para dar un paso adelante y dejar atrás casi 60 años de inmunización, de los cuales en los últimos 12 años se realizó de forma sistemática, según explicó a La Nación/Nación Media el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin.

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El principal argumento en favor del cese de la vacunación es que países de la región como Bolivia y Brasil ya se encuentran con el máximo estatus sanitario y no tienen circulación del virus de la aftosa, mientras que en Paraguay también la circulación es nula, lo que propicia, según el titular de Senacsa, el escenario correcto para dar el salto.

La entidad maneja un cronograma que apunta a que el 2026 sea el último año de vacunación antiaftosa, para luego proceder a un monitoreo de 24 meses en los que, de no ocurrir escenarios adversos, se podrá presentar en 2027 los resultados ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que validaría el máximo estatus para Paraguay en 2028.

Martin considera que tal estatus es coherente con el trabajo realizado tanto por el Senacsa como el sector privado, que desde el último brote en 2011 trabajó de forma más profesional y científica, con resultados a la vista.

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José Carlos Martin, presidente de Senacsa, manifestó que la vacunación es un proceso finito y con el objetivo final de la erradicación. Foto: Matías Amarilla

Venimos trabajando con el sector privado de manera muy seria y con base técnica, en base a ciencia, hace alrededor de 12 años. Entendiendo que en estos 12 años se ha mejorado muchísimo y los planes de vacunación son procesos finitos”, explicó a LN.

Igualmente, recordó que en todo el continente, tanto América del Norte como América del Sur, el 85 % del ganado se encuentra inmunizado y en Paraguay, alrededor del 95 % se encuentra vacunado, por lo que insistió que en el país, la circulación viral es nula.

Respaldo de la academia

Desde la academia, la decana de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción, la doctora Viviana María Ríos Morínigo, explicó que tienen una postura técnica a favor, pero consideró importante un consenso con el sector productivo y con un plan bien diseñado con principios técnicos y científicos.

Hay evidencia de que no hay una circulación activa y yo creo que hay posibilidad ahora de invertir los esfuerzos que se están haciendo a nivel nacional, ya sea en vigilancia pasiva y activa, o desde el punto de vista del control de los hatos para hacer una detección temprana y demás”, dijo a LN.

La doctora Viviana Ríos afirmó que desde la academia consideran que las condiciones para avanzar en el estatus sanitarios están dadas, pero la decisión debe ser consensuada. Foto: Gentileza

Mencionó que la vacuna no incide en absoluto en la calidad de la carne, ya que su función es meramente de inmunizar a los animales contra el virus de la fiebre aftosa.

Igualmente, señaló que al dejar de concentrar esfuerzos en la aftosa, los recursos podrían centrarse más en otras enfermedades como la brucelosis, que es una zoonosis, es decir, es transmisible a los humanos.

La aftosa no es una zoonosis. La aftosa tiene una repercusión en el precio del ganado y en los mercados, pero no se transmite al hombre. O sea, el hombre no sufre de aftosa. A diferencia de la brucelosis, que tiene repercusiones importantes en la salud humana, es transmitida por la leche, por ejemplo, o por el contacto con carne no bien cocinada”, explicó.

Postura de la industria cárnica

Daniel Burt, gerente general de la Cámara Paraguaya de la Carne, señaló que están de acuerdo con la postura de Senacsa, pero coincidió en que la decisión no podría ser tomada sin un consenso con todos los actores.

Recordó que en 2011, durante el último brote de aftosa en el país, se comprometió el estatus internacional y se afectaron las exportaciones, por tanto, consideran vital agotar las instancias de diálogo para garantizar procesos bien definidos y una evaluación costo-beneficio para el país.

Daniel Burt, gerente general de la Cámara Paraguaya de la Carne, manifestó que las ventajas comerciales del máximo estatus sanitario son relativas. Foto: Archivo

Consultado sobre los beneficios comerciales del estatus de país libre de aftosa sin vacunación, Burt consideró que es relativo, ya que existen mercados en los que no es un requisito el máximo estatus.

“Categóricamente es una elevación de estatus y un reconocimiento sanitario internacional. Ahora, hay muchos otros factores que entran a jugar a la parte comercial, que hace que eso no sea una respuesta demasiado obvia. tenemos países en donde si hay una ventaja comercial y tenemos países donde no”, dijo a La Nación.

Ganaderos piden más tiempo

La Asociación Rural del Paraguay (ARP), que nuclea a los principales productores del país, tampoco se opone al plan, pero pide más tiempo para afianzar el proceso y convencer a la base productiva.

Nuestra propuesta es mantener la vacunación hasta el 2030”, explicó a LN Mario Apodaca, vicepresidente de la ARP y presidente de Fundación Servicios de Salud Animal (Fundassa).

Mario Apodaca, vicepresidente de la ARP y presidente de Fundassa, afirmó que están de acuerdo con la iniciativa, pero piden más tiempo para que los ganaderos se sumen. Foto: Archivo

Apodaca afirmó que el estatus sanitario actual es óptimo, con animales sanos, con alta inmunidad y nula circulación viral. No obstante, mencionó que los ganaderos necesitan mayor confianza para dejar la inmunización, que resultó esencial para la producción durante décadas.

La vacunación le da seguridad al productor, y esa seguridad no se reemplaza fácilmente. Hay que fortalecer aún más la vigilancia, el banco de vacunas, las contingencias e indemnizaciones”, sostuvo.

En ese sentido, insistió en que están de acuerdo con alcanzar el máximo estatus sanitario, pero piden vacunar unos años más, evaluar el entorno internacional, principalmente de los países vecinos y luego avanzar. “Estamos totalmente de acuerdo con el objetivo, pero discrepamos en el plazo. Queremos llegar al 2030 con todos los deberes hechos, sin apuros”, añadió.

Hoy Paraguay exporta carne bovina a más de 50 países, incluyendo destinos exigentes como Israel, Taiwán, Chile y Estados Unidos, y la visión del Estado es consolidar la competitividad de la producción nacional con el máximo estatus sanitario.

En América del Norte como en América del Sur, el 85 % del ganado se encuentra inmunizado contra la aftosa. Foto: Gentileza

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