Las proyecciones presentadas durante el primer Foro Energético Nacional determinan que nuestro país está próximo a alcanzar el límite de su excedente energético. Si se mantienen escenarios de crecimiento medio o alto, la demanda superará la capacidad disponible entre 2030 y 2032, advirtieron empresarios y expertos en materia energética.
Uno de los obstáculos que mencionaron es la falta de recursos y que la capacidad de endeudamiento público está limitada. Según la Administración Nacional de Electricidad (Ande), la inversión requerida para sostener la expansión del sistema energético rondaría los USD 12.000 millones en el mediano plazo. Sin embargo, a la fecha solo se cuenta con USD 174 millones en financiamiento asegurado.
A esto también se le suma que Paraguay arrastra un rezago de cuatro décadas en el desarrollo de nuevas fuentes de generación. Las inversiones energéticas realizadas en los últimos años se enfocaron casi exclusivamente en transmisión y distribución, con la salvedad del proyecto en el brazo Aña Cuá.
Las grandes obras como Corpus, Itatí-Itá Corá y la ampliación de Yacyretá siguen en etapa de avances técnicos, sin certezas sobre su concreción en el corto plazo.
Frente a esta brecha financiera, desde la Unión Industrial Paraguaya (UIP) plantean la necesidad de una participación decidida del capital privado.
Indican que el Gobierno deberá analizar mecanismos que posibiliten alianzas público-privadas, esquemas de financiamiento mixto y políticas que otorguen previsibilidad y confianza a los inversionistas interesados en el sector energético paraguayo.
El fin del excedente energético, que durante años posicionó a Paraguay como un exportador neto de electricidad, exige ahora una respuesta estratégica y coordinada.
Explican que si nuestro país pretende mantener su competitividad y avanzar hacia un modelo de desarrollo sustentable, deberá tomar decisiones urgentes que permitan ampliar su capacidad de generación y asegurar la soberanía energética en el largo plazo.