Respecto a los dichos del economista jefe del Banco Mundial, William Maloney, sobre América Latina, donde alerta que la región no está aprovechando su potencial económico, el economista Wildo González, explicó que Paraguay tiene una historia particular, ya que las reformas estructurales que en otros países se dieron en los años 90, aquí recién empezaron a implementarse hacia 2003 o 2004.

En comunicación con La Nación/Nación Media, González recordó que fue en esos años cuando Paraguay comenzó a ampliar con fuerza su producción basada en recursos naturales. Se disparó el cultivo de soja y aumentó el número de cabezas de ganado, lo que permitió al país ganar terreno como exportador competitivo en los mercados internacionales. Sin embargo, según González, este modelo está llegando a su límite.

El crecimiento ya no puede seguir dependiendo únicamente de los recursos naturales”, advirtió el profesional. Si bien, aún hay cierto margen de mejora a través de la productividad en el agro o la ganadería, ya no queda mucho más por hacer desde la simple expansión de la frontera agrícola. Para avanzar, el economista expuso que se deben retomar y profundizar las reformas pendientes.

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Reformas

Reconoció que algunas reformas están en marcha, lo cual es una señal positiva, pero cuestionó que otras ni siquiera se iniciaron. “Vamos a tener que incomodar a ciertos sectores si realmente queremos mejorar la calidad de vida de la población”, afirmó, haciendo referencia a los intereses que muchas veces frenan los cambios necesarios.

Uno de los principales puntos de preocupación, según González, es el bajo nivel de inversión en capital humano. Mientras el mundo busca nuevas formas de potenciar el talento y el conocimiento, Paraguay sigue rezagado en áreas clave como la educación. Esto se nota, por ejemplo, en los bajos resultados que obtiene el país en pruebas internacionales de matemática.

Además, afirmó que Paraguay podrá cerrar la brecha en infraestructura con el tiempo, pero advirtió que esto no basta si no se invierte de forma urgente en el desarrollo de su población joven. “Tenemos un bono demográfico que todavía podemos aprovechar, pero debemos hacerlo ahora, dotando a nuestros jóvenes de más y mejor educación para ser verdaderamente productivos”, señaló.

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América Latina

William Maloney precisó que el crecimiento en Latinoamérica está más o menos al mismo nivel de lo que fue en la década del 2000 al 2010, y según las últimas proyecciones del BM, América Latina crecerá un 2,3 % en 2025 y tendrá un 2,5 % de media en 2026-2027, una estimación muy por debajo de su potencial.

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